En pleno proceso de trabajo se encuentran el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) y la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad, para definir la viabilidad de declarar como Monumento Nacional inmuebles que pertenecen a la ex Colonia Dignidad y que se busca transformar en sitios de memoria.
La intención es que estructuras específicas como la “Bodega de papas” lugar que era utilizado como centro de detención durante la Dictadura, la Casa de Paul Schafer, un complejo que hoy funciona como casa de acogida, el Hospital de Villa Baviera y el portón de entrada a la ex Colonia Dignidad, se conviertan en un espacio de recuerdo de las víctimas.
Para esto, la Asociación presentó una solicitud por escrito ante el Consejo de Monumentos y desde entonces se ha realizado un trabajo conjunto para construir un expediente que permita tomar la decisión de declarar o no como monumentos nacionales estos inmuebles.
La idea de la Asociación es transmitir a las nuevas generaciones lo que ocurrió en ese lugar durante el periodo de dictadura empresario-militar y, de esta forma, crear conciencia de que estos hechos no pueden volver a ocurrir en nuestro país.
Así lo afirma la presidenta de la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad, Margarita Romero: “Esperamos que estos espacios sean lugares que la sociedad chilena pueda conocer, en el sentido de transmitir lo que sucedió, en ese lugar, durante la dictadura”, afirmó.
Los habitantes de Villa Baviera han iniciado una serie de modificaciones a los inmuebles que se encuentran en los predios de la ex Colonia Dignidad como una forma de borrar la imagen que tiene el enclave ante la ciudadanía.
A juicio de Margarita Romero existe una actitud por parte de los colonos de negar lo ocurrido en el pasado, lo que explicaría su molestia con la idea de crear en el lugar un sitio de memorias: “Siempre está la intención de demostrar que es un lugar donde se está construyendo la paz, donde los colonos pueden estar tranquilos, evidentemente ellos también fueron víctimas, pero no se habla del periodo cuando el lugar fue utilizado como centro de tortura y exterminio”.
En ese sentido, Margarita Romero recordó que “para los familiares de las víctimas es doloroso ver que en el mismo lugar donde sus deudos fueron torturados hoy se celebran fiestas de la cerveza u otras por el estilo”.
Para la dirigenta, una buena solución para conciliar las posturas es que los habitantes de Villa Baviera asuman lo ocurrido: “Hay que sacar la verdad a la luz, no continuar con el secretismo, que se pueda transmitir esa historia a todos los chilenos y las nuevas generaciones, que aprendamos a vivir con ese pasado y la única forma de que nos sintamos que estamos trabajando por una sociedad democrática es basándonos en esa verdad”.
Margarita Romero aclaró que, independiente de la decisión del Consejo de Monumento, los bienes continuarán perteneciendo a los habitantes de Villa Baviera, salvo que ahora quedarían bajo la protección de la entidad gubernamental.
De esta forma descarta que los inmuebles vayan a ser arrebatos o expropiados, que es uno de los temores de los ex colonos.
La resolución del CMN tendría que darse a conocer durante los primeros meses de 2016.