Tensión a flor de piel en Alemania ante la política de asilo de Angela Merkel. Tanto es así que el presidente del distrito bávaro de Landshut, Peter Dreier, ha enviado un autobús con 31 refugiados sirios desde esta región a la sede de la Cancillería en Berlín como protesta. Dreier, miembro del partido conservador Freien Whäler, les propuso ir a la capital alemana sin avisarles del objetivo del viaje. En un comunicado, ha pedido que se tomen medidas ante la incesante llegada de solicitantes de asilo al estado de Baviera, fronterizo con Austria. También ha asegurado que habló con Merkel por teléfono en octubre y ya le avisó de que le enviaría un autobús con refugiados si la situación no cambiaba.
Una periodista preguntaba a un refugiado, que se siente instrumentalizado, si sabía cuál era el significado del viaje.
“No, no sé qué representa para los medios alemanes este viaje. La verdad es que no nos sentimos a gusto en este autobús. Vamos a Berlín pero no tenemos ni idea de qué nos espera allí”, respondió.
Según las autoridades federales, cerca de 1,1 millones de solicitantes de asilo entraron en Alemania en 2015. La preocupación en torno a los refugiados ha aumentado tras las agresiones sexuales registradas en Colonia en Nochevieja.