Isabel Ordez
La Unión Social Cristiana (CSU), el partido hermano en Baviera de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de la canciller Ángela Merkel, ha ganado este domingo, 15 de septiembre, por mayoría absoluta en las elecciones regionales bávaras, con un 47,7% de los votos.
La CSU se impuso así al Partido Socialdemócrata (SPD), principal rival de la canciller alemana, Angela Merkel, en las elecciones federales del próximo domingo. Los socialdemócratas lograron el 20,6% de los votos.
Estos resultados, según todas las previsiones, vienen a ser un avance de lo que sucederá el 22 de septiembre, ya que Merkel tiene todo a su favor para alzarse con el triunfo y ser reelegida por tercera vez consecutiva en las elecciones.
Pero, ¿por qué todas las encuestas señalan como favorita a Merkel, con una ventaja de hasta 17 puntos porcentuales sobre su rival socialdemócrata, pese a que el llamado ‘milagro alemán’ está siendo cuestionado tanto por la precariedad laboral como por la reciente noticia del espionaje de Estados Unidos a Alemania?
Paro cuatro veces menor que España
Para entender el por qué la actual canciller alemana es la favorita puede servir el trazar una comparativa entre algunos indicadores de las economías alemana y española.
En cuanto al desempleo, a pesar de las críticas recibidas por la creciente precariedad laboral en el país, hay que resaltar que el paro en Alemania está a niveles envidiables para el resto de socios comunitarios. Y, si se compara con España, el resultado es determinante.
Mientras la tasa de paro alemana se sitúa en el 6,8%, la española está en el 26,26%. Al mismo tiempo, el desempleo juvenil alemán es del 8,1%, la tasa más baja de los últimos 20 años, el de España es del 56,13%.
Y, si nos referimos a la variación en la ratio de los parados de larga duración sobre el total de desempleados, durante el periodo 2007-2012, este es el resultado: Alemania deja atrás 11 puntos porcentuales, mientras España tiene un incremento en el mismo periodo de 24 puntos.
Es decir, hay una diferencia de 35 puntos porcentuales, tal como se puede observar en el gráfico adjunto, reproducido a partir del Informe Mensual de Estudios y Análisis Económico de julio/agosto 2013 elaborado por “la Caixa”.
Mayor presión fiscal, pero más beneficio social
Por otra parte, los electores también tendrán en cuenta la actual presión fiscal que tienen que soportar. De hecho, el peso fiscal que soporta un sueldo medio alemán es del 53%, en contraste con el 45% que tienen los españoles, el 31% de los irlandeses o el 20% de los chipriotas.
En ese sentido, un alemán empieza a cobrar en términos netos el 13 de julio, teniendo en cuenta que lo que trabajó hasta esa fecha se lo ha llevado el fisco. Es lo que el diario alemán Der Spiegel denomina ‘liberación’. En ese sentido, si hablamos de un español, la fecha en que empieza a cobrar es el 12 de junio, un irlandés el 24 de abril y un chipriota el 14 de marzo.
Sin embargo, las prestaciones sociales que reciben los alemanes a cambio son infinitamente superiores a las de los países contrastados.
Así por ejemplo, más de seis millones de personas en Alemania cobran subsidios sociales (4,4 millones de adultos y 1,7 millones de niños y jóvenes) y el Estado gastó en 2012 la cifra de 37.100 millones de euros en ese concepto. También en este sentido Merkel ha recibido críticas de los expertos, pero de lo que no cabe duda es de que sus políticas sociales suman votos.
Solo en Berlín, alrededor de 551.000 personas viven del famoso plan ‘Hartz IV’, la ayuda social bautizada con apellido del hombre que diseñó gran parte de la Agenda 2010. Sirva el ejemplo de una mujer divorciada en paro y con cuatro hijos, que recibe 1.500 euros al mes.
Otro ejemplo es que Alemania destina cientos de millones de euros cada año al conjunto de las políticas para fomentar la natalidad y proteger a las familias. Cada niño de uno a tres años tiene derecho por ley a una plaza en un jardín de infancia, y los padres que renuncian reciben 100 euros mensuales.
Al mismo tiempo, los padres que renuncian a su trabajo para cuidar a sus hijos pequeños en casa perciben una ayuda que oscila entre los 350 y los 1.800 euros mensuales durante 14 meses, en función de su situación familiar.
Gran capacidad exportadora
Un tercer elemento determinante y que influirá sin duda en el resultado de las elecciones del próximo domingo a favor de Merkel es la gran capacidad exportadora de Alemania, factor esencial de la buena situación económica del país.
El peso de su exportación es muy superior al de otras economías de dimensión similar y, lejos de reducirse por la crisis, ha crecido en la última década hasta superar el 52% del PIB, tal como puede verse en el gráfico adjunto, también reproducido a partir de los datos del informe de “la Caixa”.
La capacidad exportadora alemana es más de un 62% superior a la española. En porcentaje del PIB, el peso del sector exterior alemán está por encima del 52%, mientras que el español, que arroja también unas buenas cifras, es del 32%. Estados Unidos tiene el 14%, Japón el 15%, Francia el 28% e Italia el 30%, según el estudio de “la Caixa”.
Elementos de este éxito exportador alemán son la diferenciación del producto, la presencia de mercados prósperos y la competitividad en costos, un factor este último debido a la gran especialización de las empresas manufactureras. Esta capacidad, no solo ha permitido a las empresas alemanas conseguir márgenes de explotación más amplios sino que, además, les ha dado una ventaja más grande para copar la cuota de mercado en las economías emergentes.
En este aspecto, las exportaciones alemanas son, entre las europeas, las que han conseguido una mayor exposición a los BRIC (Brasil, Rusia, India y China). El 35% de las exportaciones de la UE en bienes hacia estos mercados son de empresas alemanas.
España, por contra, basa prácticamente todas sus exportaciones en la propia UE, mientras que Alemania lo hace a todo el mundo. Tanto es así que la exportación de mercaderías alemanas hacia los BRIC multiplicaba en 2012 por diez a la de las empresas españolas.
La competitividad alemana en relación a los costes de producción también supera de largo en eficacia a la española. Una extraordinaria contención de los costes de producción ha permitido a las empresas alemanas ser supercompetitivas, a pesar de localizarse en un país y especializarse en unos productos relativamente caros.
A principios de 2008, por ejemplo, los costes laborales unitarios de Alemania habían retrocedido un 1% respecto a su nivel en el 2000. En España, en cambio, habían aumentado un 32%; en el Reino Unido, un 20%; en Francia, un 19%; y en EE. UU., un 11%.
En todos estos indicadores que muestran la buena marcha de la economía alemana, sin duda, tiene mucho que ver la importancia de una administración descentralizada basada en la eficacia de los 16 estados o lands que la componen, representados todos ellos en el Bundesrat o Consejo Federal. Otra cuestión que, evidentemente, también la diferencia de España.