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Berlín, 24 nov (EFE).- El Museo de Arte de Berna recibirá el controvertido legado del fallecido coleccionista de arte alemán Cornelius Gurlitt, aunque los centenares de cuadros que atesoraba sospechosos de haber sido expoliados por los nazis permanecerán en Alemania hasta que se aclare su origen.
El presidente del consejo de la fundación del museo, Christoph Schäublin, presentó hoy en una rueda de prensa en Berlín el acuerdo alcanzado entre su galería y los gobiernos de Alemania y del estado federado de Baviera, que, dijo, “pone de manifiesto el espíritu de responsabilidad compartida”.
El museo, agregó, se identifica con un “mecanismo fundamental”: las “obras de arte expoliadas o bajo sospecha de haber sido robadas (por los nazis) no entrarán en contacto con el museo y no llegarán siquiera a tocar suelo suizo”.
La galería cooperará además estrechamente con el equipo de expertos que estudiará en Alemania las obras de dudoso origen para intentar devolverlas a sus legítimos propietarios si se confirman que fueron robadas.
Se trata de casi quinientos cuadros de los 1.280 aparecidos en el domicilio de Gurlitt en Múnich y las cerca de 240 obras halladas después en su casa de Salzburgo.
El museo, según el acuerdo alcanzado, gestionará el legado de Gurlitt y recibirá sólo las obras que se compruebe que no fueron expoliadas, sino legalmente compradas.
Schäublin destacó que “la decisión fue todo menos fácil” porque había que determinar si el museo iba a ser capaz de hacerse cargo de la responsabilidad -”múltiple y compleja”- que implica semejante legado.
Según precisó, las obras del llamado “arte degenerado”, retiradas por los nazis de los museos alemanes, pasarán a formar parte de los fondos de la galería, a menos que se determine que constituyen, también, arte expoliado.
El documento firmado hoy subraya que con este acuerdo Alemania y Baviera “asumen su especial responsabilidad histórica” en la “reparación de las injusticias del nacionalsocialismo” y frente a los “verdaderos propietarios” de las “posibles” obras robadas por los nazis.
Alemania y Baviera se harán cargo además de los costes de restitución a sus legítimos propietarios en los casos que corresponda.
La secretaria de Estado de Cultura alemana, Monika Grütters, recordó que detrás de cada obra expoliada hay una historia personal a la que el acuerdo suscrito hoy pretende hacer justicia “no sólo legal, sino moral”.
Se mostró convencida de que el acuerdo supone “una buena solución” para abordar el “difícil legado” de Gurlitt y consideró que constituye “un hito”, aunque para Alemania tan sólo sea “uno de muchos” en la revisión de su pasado.
Por su parte, el ministro de Justicia bávaro, Winfried Bausback, señaló que la firma del acuerdo es motivo de alegría al haberse hallado una solución al denominado “caso Gurlitt”, aunque la ley debe buscar respuestas para casos futuros.
La galería prácticamente había agotado el plazo legal de seis meses para tomar una decisión sobre la herencia que le dejó Gurlitt: más de 1.500 obras de autores como Matisse, Picasso, Renoir y Monet -algunas cuya existencia incluso se desconocía- que el coleccionista atesoró durante décadas en sus viviendas de Múnich y Salzburgo.
La decisión se ha hecho pública pocos días después de que Uta Werner, prima del fallecido coleccionista, reclamase ante el tribunal de primera instancia de Múnich la totalidad de la herencia.
La colección de Gurlitt, que durante años estuvo viviendo en un casi absoluto anonimato entre Múnich y Salzburgo, fue descubierta en febrero de 2012 tras un registro de su vivienda en la capital bávara, en el marco de unas investigaciones por posible evasión fiscal.
En la casa de Múnich se encontraron 1.280 obras de arte, entre ellas piezas de Picasso, Chagall, Matisse, Beckmann y Nolde y obras desconocidas de importantes artistas.
El 10 de febrero de este año hubo un segundo hallazgo en su casa de Salzburgo, donde se encontraron cerca de 240 obras.
Gurlitt murió a los 81 años y, al abrirse su testamento, se desveló que había donado todas sus obras al Museo de Berna, el más antiguo de Suiza.
Fundado en 1879, cuenta con una exposición permanente que abarca desde el gótico hasta la actualidad y que se centra en el modernismo clásico, el arte francés a partir del siglo XIX, los viejos maestros y el arte contemporáneo.
Sus fondos incluyen más de 4.000 cuadros, obras plásticas e instalaciones, así como alrededor de 45.000 obras en papel -que incluyen fotografías- películas y vídeos.