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Berlín.- La presión sobre la canciller alemana, Angela Merkel, siguió en aumento en la antesala de reuniones cruciales que celebrará este fin de semana con los máximos responsables de su coalición de conservadores y socialdemócratas por la crisis de refugiados.
El propio grupo parlamentario de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la mandataria está preparando mociones para instar al gobierno a limitar la llegada diaria de miles de refugiados, dijo el político democristiano Christian von Stetten al diario Handelsblatt.
“Esperaremos a que el gobierno se reúna y decida. Y veremos si respaldamos alguna moción”. También el subsecretario alemán de Finanzas, el democristiano Jens Spahn, demandó más medidas para poner coto a la avalancha de migrantes. “Necesitamos limitar la reagrupación familiar”, sostuvo.
El ambiente dentro de la alianza de gobierno está crispado desde hace días. El primer ministro de Baviera y líder de la Unión Social Cristiana (CSU), Horst Seehofer, a cuyo estado llegan los refugiados a través de la frontera con Austria, emplazó a Merkel a adoptar medidas para frenar el flujo migratorio antes del 1 de noviembre.
Según el diario Bild, Seehofer llegó a amenazar a Merkel con retirar a sus ministros del gabinete, lo que significaría el fin de la coalición y un hecho sin precedentes en las filas conservadoras.
Tres ministros socialcristianos ocupan cargos en el Ejecutivo, el titular de Transporte, Alexander Dobrindt, el de Agricultura, Christian Schmidt, y el de Cooperación Internacional, Gerd Müller.
Merkel y Seehofer, cuya relación nunca ha sido fácil, se darán cita mañana en Berlín y el domingo se les sumará el vicecanciller y ministro de Economía, el líder socialdemócrata Sigmar Gabriel.
Seehofer ya ha advertido que no cederá en sus demandas a Merkel, quien hasta ahora alega que es imposible cerrar las fronteras y repite como un mantra que Alemania está en condiciones de asumir el desafío de integrar a los refugiados.
Aumenta la cifra
Según cálculos oficiales, unas 800.000 personas solicitarán este año asilo en Alemania, pero en vista de la llegada diaria de varios miles, la cifra podría ubicarse entre un millón y un millón y medio de personas.
La política aperturista de Merkel no convence a muchos electores. Sus partidos conservadores perdieron esta semana otros dos puntos en la intención de voto, para ubicarse en el 36 por ciento, el valor más bajo de los últimos tres años, según una encuesta del instituto Forsa para la revista Stern y la emisora RTL.
Las CDU/CSU de Merkel ha cedido 5,5 por ciento desde que volvieron al poder en septiembre de 2013.
Gabriel, por su parte, echó en cara a Sehofer y a Merkel de poner en riesgo la labor de gobierno con la pelea sobre los refugiados.
“En vista del gran desafío que enfrenta nuestro país por la fuerte inmigración de refugiados, el conflicto entre la CDU y la CSU amenaza la capacidad de actuar del gobierno”, dijo al semanario Der Spiegel. “Esta forma de chantaje y calumnias mutuas es indigna y sencillamente irresponsable”.
Según Gabriel, “cuanto más dure la pelea entre las uniones, más personas le darán la espalda a la política y más terreno ganarán los radicales de derecha”.