El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, fue recibido hoy como invitado de honor por la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), partido hermanado a la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel y especialmente crítico con la gestión de la canciller alemana en la crisis de los refugiados.
Unas horas antes de la cumbre de la Unión Europea (UE), convocada a petición de Berlín y Viena para buscar soluciones a la oleada de solicitantes de asilo, el líder de la CSU y primer ministro bávaro, Horst Seehofer, se reunió con Orbán en el convento bávaro de Banz.
La CSU invitó formalmente al primer ministro húngaro días atrás, en medio de la situación creada en Baviera por la llegada masiva de refugiados procedentes de Hungría, después de que Merkel diese luz verde a que siguieran viaje hasta Alemania.
Orbán participará en una reunión del grupo parlamentario de la CSU en la cámara regional, tras lo cual ofrecerá una conferencia de prensa conjunta con Seehofer.
El líder de la formación bávara reiteró ayer sus críticas a la canciller, en la apertura de la reunión de tres días en Banz con sus diputados.
Seehofer achacó a Merkel haber entrado en una dinámica de reparto de trabajo injusto, en el que la canciller y líder de la CDU asume el papel de la “generosidad, la moral y la humanidad”, mientras a ellos les corresponde buscar los recursos para hacer frente a la oleada de refugiados.
Múnich recibió en un solo día hasta 12.000 solicitantes de asilo, lo que colapsó la capacidad de acogida de la capital bávara e hizo que el Gobierno de Merkel diera marcha atrás e implantara controles fronterizos de nuevo para intentar controlarlos.
La cita en Banz con Orbán sigue al acuerdo alcanzado ayer a escala de los ministros de Interior de la UE para la reubicación entre sus miembros de 120.000 refugiados, pese al rechazo de Hungría -entre otros- a esa fórmula de reparto.
A la cumbre de hoy en Bruselas seguirá, mañana, una nueva reunión de Merkel con los líderes de los 16 “Länder”, la mayoría de los cuales reclaman, como Seehofer, mayores recursos para hacer frente a la acogida de refugiados.
Alemania espera recibir este año unos 800.000 solicitantes de asilo, cifra récord que podría subir incluso a un millón, según los pronósticos del vicecanciller y ministro de Economía, el socialdemócrata Sigmar Gabriel.
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