Steffen Seibert, el portavoz del Gobierno, dijo que las conversaciones entre los líderes de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU), a la que pertenece Merkel, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) habían sido “constructivas”.
“Hay mucho terreno común y algunos puntos que siguen abiertos y deben ser tratados”, sostuvo Seibert, agregando que esos puntos incluyen la idea de introducir las llamadas “zonas de tránsito” en los cruces fronterizos para procesar las solicitudes de asilo.
Medios locales habían calificado la reunión del domingo como una “cumbre de emergencia”. Alemania calcula que en 2015 llegarán entre 800.000 y 1 millón de personas buscando asilo, el doble de la cifra de cualquier año previo y un peso mucho mayor al de cualquier otro país de la Unión Europea.
El enorme volumen de personas que quiere entrar a Alemania ha abierto divisiones dentro de la coalición. Los conservadores de la CDU demandan medidas más firmes, a las que se oponen muchos de los socialdemócratas. Merkel y el líder de la CSU, Horst Seehofer, lograron alinear sus posiciones pero ahora deben conseguir el apoyo del SPD.
Baviera está soportando el grueso del ingreso de personas y Seehofer presiona al Gobierno federal a detener el flujo de llegadas desde zonas asoladas por la guerra y la pobreza en Oriente Medio, Asia y África.
Además de acordar la rápida introducción de zonas de tránsito, los aliados conservadores presentaron planes para restringir el derecho de algunos migrantes de que sus familias los sigan a Alemania, y pidieron un patrullaje conjunto en la frontera con Austria.
Pero algunos miembros del SPD, dirigido por el ministro de Economía Sigmar Gabriel, han dicho que no van a aceptar la medida de las zonas de tránsito. Los conservadores de Merkel niegan que tales centros se asemejen a campos de concentración.