En 1923, el médico de Adolf Hitler confirmó uno de los mitos más difundidos sobre el exlíder nazi luego de revelar que este padecía de criptorquidia. Solo uno de sus testículos había descendido a su escroto.

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Este hecho fue contado por el historiador Peter Fleischmann en su nuevo libro ‘Hitler como prisionero en Landsberg am Lech, 1923/24”.

En la publicación se detalla que el acta sobre este diagnóstico médico fue firmado por el doctor Josef Brinsteiner en la prisión de Baviera en 1923.

“El preso número 45” (Hitler), se encuentra en buen estado de salud pero padece de “criptorquidia del lado derecho”.

El documento que exponía la situación médica de Hitler desapareció durante varias décadas hasta una subasta en el 2010 y el estado regional de Baviera se apropió del expediente.

Según diarios alemanes, esta anomalía física también termina con la leyenda de que Hitler perdió uno de sus testículos tras una explosión de una granada en 1916, durante una batalla por la Primera Guerra Mundial.

Todos los detalles sobre los archivos de Nüremberg, analizados durante una gran cantidad de años por Fleischmann fueron publicados en las más de 500 páginas que tiene su libro.