Berlín, 15 ene (EFE).- El grupo de 31 refugiados que fueron transportados ayer en autobús hasta la Cancillería de Angela Merkel en Berlín regresaron hoy a la localidad de Baviera de la que partieron decepcionados y sintiéndose a merced de las trifulcas internas alemanas en torno a la política de asilo.
“Somos un juguete entre Baviera y Berlín”, declaraba uno de los integrantes del grupo, un sirio, al canal de televisión N24, de nuevo sentado en el autocar en que el día anterior llegó a la capital alemana, ahora rumbo al lugar del que partieron.
El viaje de los refugiados había sido organizado por el concejal del distrito bávaro de Landshut, Peter Dreier, con el objetivo de denunciar la situación que se vive en localidades del Land, por el que ingresa en el país la gran mayoría de peticionarios de asilo.
A lo largo de 2015 Baviera recibió un total de 1,1 millones de solicitantes de asilo y sus autoridades han exigido reiteradamente a Merkel que ponga fin a estas oleadas migratorias.
Dreier, que había convocado a los medios de comunicación para dar el máximo eco a su acción, aseguró que en su distrito no quedan plazas para seguir acogiendo a peticionarios de asilo y pretendía que la canciller les encontrara alojamiento en Berlín.
Los rostros de los refugiados, captados ayer por los numerosos equipos de televisión que les esperaban en Berlín y, de nuevo hoy, al subirse al vehículo, expresaban su decepción, ya que no se les ofreció la ansiada vivienda en la capital o al menos algún tipo de expectativa de solución.
Algunos de ellos afirmaron ante las cámaras no haber sido del todo conscientes del objetivo real del viaje ni tampoco debidamente informados de que se trataba esencialmente de una campaña de denuncia.
El grupo pasó la noche en un alojamiento provisional, mientras que el concejal y una funcionaria del departamento de Migración de Baviera ofrecían sucesivas declaraciones a los medios explicando la situación que se vive en el Land.
La acción del político de Landshut, del partido conservador de los “Freie Wähler”, fue criticada hoy en las filas de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), hermanada con la Unión Cristianodemócrata (CDU) que preside Merkel y formación que gobierna en ese Land desde hace décadas.
“Instrumentalizar así a los peticionarios de asilo es intolerable, además de irresponsable”, afirmó el secretario ejecutivo de la CSU en el Parlamento federal (Bundstag), Max Straubinger.
Los “Freier Wähler” -“Electores Libres”- surgieron como escisión de la CSU y desde esta posición se han extendido a otros Länder, aunque hasta ahora sólo tienen representantes a escala de poderes locales.
Dreier justificó ayer su viaje y aseguró que había hablado por teléfono con la canciller el pasado octubre para advertirle de que le enviaría un autobús con refugiados si la situación no cambiaba.
El concejal explicó asimismo que la totalidad del grupo estaba de acuerdo con sus objetivos y que contaba con su consentimiento. EFE