Más de seis millones de juerguistas de todo el mundo invadirán a partir de hoy la ciudad alemana de Múnich para celebrar el Oktoberfest, la mayor fiesta planetaria dedicada a la cerveza.
Al grito del tradicional O’zapt is (Está servida), el alcalde de Múnich lanzará hacia al mediodía de hoy los 16 días de festividades.
Como es costumbre, la 179ª edición del Oktoberfest se celebrará con los trajes tradicionales bávaros: las dirndls, vestidos con cinta y grandes escotes para las mujeres, y los pantalones color piel para los hombres.
Las instalaciones de las festividades se extenderán este año sobre 26 hectáreas, con 12.000 camareros que servirán más de 7 millones de jarras de cerveza de un litro a los clientes instalados bajo 35 tiendas, la mayor de las cuales puede albergar hasta 10.000 personas.
Para acompañar la bebida, los participantes engullirán decenas de miles de pretzels gigantes, miles de kilos de cerdo, albóndigas y otras especialidades locales.
El año pasado, los juerguistas comieron el equivalente a 118 bueyes, 53 terneros y decenas de miles de pollos.
GOLPE AL BOLSILLO
Pero estos placeres no siempre son baratos. Con la crisis económica, que empieza también a golpear a Alemania, los preparativos están acompañados de acusaciones de en torno a los precios.
Una asociación anunció que iba a verificar que se llenaran bien los vasos y reclamó un precio tope de 7 euros por litro.
Este año, el litro de cerveza oscila entre los 9,10 y los 9,50 euros, lo que representa un alza del 43 por ciento en 10 años.
La posible escasez de botellas y de cajas, habitualmente lavadas y reutilizadas, es otro punto delicado.
El presidente de una gran fábrica de cerveza lanzó un llamamiento en un diario local: “Queridos amigos, tráiganos sus cajas. Necesitamos botellas vacías”.
El espectro de la penuria hace temer que los bebedores no logren batir el récord del consumo del año pasado, que se situó en los 7,5 millones de litros.
La fiesta tradicional también convive con su tiempo.
Por primera vez, los comerciantes aceptarán este año el pago por teléfono inteligente y existe toda una serie de aplicaciones para disfrutar de la experiencia de la Oktoberfest.
Una de ellas permite, por ejemplo, calcular en función de su altura, peso y el número de cervezas bebidas, su tasa de alcoholemia y el tiempo necesario para que vuelva a cero.
Otra aplicación localiza a los solteros declarados para poder invitarles a tomar una cerveza bajo una tienda o dar una vuelta en la montaña rusa.
El origen de la Fiesta de la Cerveza se sitúa en el banquete de bodas de Luis I (rey de Baviera de 1825 a 1848) con Teresa de Sajonia-Altenburgovon, el 12 de octubre de 1810.
POPULAR Y MUNDIAL
La fiesta es la ocasión para muchos famosos alemanes de darse una vuelta y dejarse fotografiar.
El equipo de fútbol del Bayern de Múnich, equipo con más títulos del torneo alemán, acude cada año al completo. Aunque el
Oktoberfest celebra sus 202 años, se trata solo de la 179ª edición. Las guerras, epidemias y la hiperinflación de los años 1920 impidieron que se celebraran 24 de ellas. En los últimos años, la fiesta se ha exportado a Australia, Brasil, Canadá, China, Estados Unidos y Rusia.