Berlín. Un obispo alemán al que el Vaticano separó de su diócesis debido al escándalo provocado por el costo exorbitante de su nueva residencia se ha retirado a un monasterio en Baviera.
El papa Francisco expulsó la semana pasada al obispo de Limburgo, Franz-Peter Tebartz-van Elst, de su diócesis mientras la Iglesia Católica investiga por qué invirtió 31 millones de euros (unos 43 millones de dólares) en la residencia episcopal, una suma muy superior a la prevista originalmente.
La Santa Sede no ha dicho cuánto durará el retiro del polémico prelado, pero funcionarios de la diócesis de Limburgo dijeron que la investigación finalizaría en el mes de enero de 2014.
Se desconocía el paradero de Tebartz-van Elst desde el anuncio del Vaticano. Un monasterio benedictino en Metten, al sureste de Alemania, dijo que arribó al lugar para un “período de recuperación espiritual” de duración indeterminada.
El que fue luego conocido como “obispo de los lujos” desató con su conducta una fuerte polémica en toda Alemania, donde los católicos luchan con un fenómeno creciente de pérdida de fieles y reciben reproches por aportes del Estado al mantenimiento de sus instituciones.