La primera en llegar a Krün, pueblo de apenas 2.000 habitantes cercano a la frontera con Austria, fue Merkel, quien, acompañada de su marido, Joachim Sauer, recibió los aplausos de los lugareños, ellas vestidas con el tradicional “dirndlkleid” y ellos de “tracht”, con los clásicos pantalones de cuero hasta la rodilla.

Este encuentro con ciudadanos de la región, en un tradicional desayuno bávaro con salchichas y cerveza, precede a la entrevista bilateral que mantendrán Merkel y Obama antes del inicio de la cumbre de los líderes de las principales potencias industrializadas, que se reúnen hoy y mañana el palacio de Elmau.

Sobre la mesa, según avanzó el Gobierno de Berlín, estarán los principales asuntos de la agenda internacional y bilateral, con lo que previsiblemente ambos mandatarios volverán a abordar las tensiones surgidas en torno a los programas de espionaje estadounidense en suelo alemán.

El resto de miembros del G7 fueron llegando en helicóptero mientras tanto al palacio de Elmau, el hotel de cinco estrellas rodeado de extraordinarias medidas de seguridad elegido para la cumbre.

En la cita participan además de Merkel y Obama, el presidente francés, François Hollande; los primeros ministros de Italia, Matteo Renzi; Reino Unido, David Cameron; Japón, Shinzo Abe, y Canadá, Stephen Harper; así como los presidentes del Consejo Europeo, Donald Tusk y de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.