Berlín |
Las cúpulas de los partidos integrantes de la gran coalición de la canciller alemana, Angela Merkel, se reunieron ayer por separado en busca de soluciones ante la llegada incesante de refugiados al país, cuestión que ha abierto grietas en el Gobierno de Berlín.
A las reuniones internas en la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) seguirá un encuentro entre la Canciller y el líder bávaro, Horst Seehofer. Para hoy se prevé otra reunión de crisis entre ambos jefes de las formaciones conservadoras, más el del SPD, el vicecanciller y ministro de Economía Sigmar Gabriel.
Merkel se propone con esta ronda aplacar las tensiones abiertas en su coalición, que esta semana subieron de tono, al plantear Seehofer en términos de ultimátum -hasta el domingo- que se frene la llegada de refugiados que recibe principalmente Baviera.
La formación bávara aspira a que se establezcan las llamadas zonas de tránsito junto a la frontera, donde se examinarán los casos de los peticionarios de asilo y se retendrá a aquellos que no tengan perspectivas de ser admitidos para acelerar así su expulsión. Además, la CSU pretende que se restrinjan las posibilidades de reagrupamiento familiar para evitar nuevas oleadas de peticionarios.
El SPD considera impracticables ambas medidas, mientras que desde la CDU se buscan fórmulas de consenso satisfactorias para todas las partes. La llegada de solicitantes a través de la frontera con Austria, no se ha detenido.