Berlín. La Unión Cristianodemócrata (CDU) se lanzó ayer a luchar por cada voto para garantizar que la canciller alemana, Angela Merkel, sea reelegida el próximo domingo con una sólida mayoría, ante la posibilidad de verse abocada a cerrar una “gran coalición” de gobierno con los socialdemócratas. El día después de las elecciones de Baviera se dejó atrás la euforia por la mayoría absoluta lograda por los aliados de Merkel, la CSU, y todos los discursos giraron en torno a la debacle del Partido Liberal (FDP), actual socio de gobierno de la canciller que quedó fuera del Parlamento regional. “Cada uno lucha por sí mismo”, dejó claro el líder del grupo parlamentario de la CDU/CSU, Volker Kauder, preguntado por la posibilidad de que su partido, que encabeza las encuestas pero necesitará un aliado para gobernar, preste votos al FDP para garantizar su entrada en el Bundestag.
De no hacerlo, y si como auguran las encuestas los socialdemócratas del SPD y los Verdes no logran tampoco mayoría, la opción más plausible de gobierno sería una gran coalición entre los dos principales partidos, como la que ya lideró Merkel en su primera legislatura y que, en principio, no quería reeditar. “No hay préstamo de votos”, ratificó Horst Seehofer, gran triunfador el domingo en Baviera tras gobernar los últimos años en ese land conservador con los liberales. “No tenemos votos para regalar”, insistió el secretario general de la CDU, Hermann Gröhe.
En este contexto, el partido de Merkel presentó nuevos lemas de campaña en Berlín y enviará esta última semana más de cinco millones de cartas pidiendo “los dos votos”. Con el primero, los alemanes designan directamente a un candidato en circunscripciones unipersonales, mientras que con el segundo eligen una lista de partido en su land, voto este último que determina el peso de cada formación política en el Bundestag. El domingo los liberales no consiguieron el 5 % de los sufragios necesarios para entrar en el Parlamento de Baviera y, ante el temor de que el resultado se repita a nivel federal, instaron ayer a los alemanes a otorgarles ese “segundo voto” para reeditar la coalición con Merkel. “Pueden respaldar a un candidato fuerte de la CDU en su circunscripción y con el segundo voto elegir al FDP”, dijo sin ambages en la cadena ZDF el secretario general de los liberales, Patrick Döring, consciente de que pelean por los mismos electores.
En un acto en Berlín, el líder del partido y ministro de Economía, Philipp Rösler, insistió en que ellos son la llave pare evitar que Merkel se vea forzada a aceptar las reivindicaciones socialdemócratas en una gran coalición y para frenar también un eventual gobierno de SPD, Verdes y La Izquierda.
Escándalo en los verdes
Esta última opción ha sido descartada de plano por el SPD, que ayer insistió en que su objetivo es llegar a la Cancillería de la mano de los Verdes y rechazó comentar “especulaciones tontas” sobre una eventual gran coalición. Los socialdemócratas no pueden permitirse que su electorado se desmovilice cuando se sitúan todavía a doce puntos de distancia de la CDU, aunque asuman las dificultades de que triunfe su alianza con los Verdes. Esta formación, que tampoco salió bien parada en las elecciones bávaras, vio ayer además cómo su campaña se complicaba al publicarse nuevos datos sobre su permisividad con la pedofilia en la década de los 80.
Según una investigación encargada por el propio partido, el cabeza de lista de los Verdes, Jürgen Trittin, propuso en 1981 en un programa electoral municipal la despenalización de las relaciones sexuales entre adultos y niños en determinadas condiciones.