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Berlín, 22 nov (EFE).- La canciller alemana, Angela Merkel, apostó hoy por un acuerdo para gobernar la próxima legislatura en una gran coalición con los socialdemócratas, pero dejó claro su rechazo a subir los impuestos o incrementar la deuda del país.
Merkel analizó la marcha de las conversaciones de coalición en Múnich ante el congreso de la Unión Socialcristiana (CSU), partido bávaro hermanado con la Unión Cristianodemócrata que también se sienta en la mesa de negociaciones y que, tras lograr la mayoría absoluta en su feudo de Baviera, tiene reivindicaciones propias de cara al nuevo Ejecutivo.
“Mi objetivo es que en 2017 podamos volver a decir que hemos avanzado, que a la gente le va mejor”, subrayó Merkel, consciente de que no tiene sentido acudir a las negociaciones con “una hoja de líneas rojas”.
No obstante, ratificó dos condiciones que sí deberán cumplir los acuerdos de coalición: no habrá subida de impuestos y tampoco se incrementará la deuda del país.
La necesidad de no incrementar la deuda, recordó, es una exigencia a todos los socios europeos, al igual que la apuesta por unas finanzas sólidas.
“Decir no a la subida de impuestos es decir sí a más puestos de trabajo”, añadió Merkel, quien destacó la alta tasa de ocupación que se registra en el país y el récord de ingresos tributarios conseguido.
Como guiño a la CSU, se mostró abierta a estudiar la implantación de una de sus propuestas más controvertidas: un peaje en las autopistas alemanas para los conductores extranjeros.
Se introducirá, apuntó, siempre que sea conforme con la legislación europea y que no suponga ninguna carga adicional para los conductores alemanes.
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