La canciller alemana, Angela Merkel, estudia hoy con sus socios de la gran coalición y con los primeros ministros de los estados federados nuevas reformas en la política de asilo ante las crecientes críticas a su gestión y las demandas de los “Länder”.

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Como líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Merkel ha citado esta tarde en la Cancillería al presidente del Partido Socialdemócrata (SPD), el vicecanciller Sigmar Gabriel, y al jefe de la Unión Socialcristiana (CSU) de Baviera, Horst Seehofer, que lidera la contestación interna desde esta formación hermanada con la de la canciller.

La CSU ha amenazado con recurrir al Tribunal Constitucional si no se da un giro a la política de asilo y ha reclamado fijar un tope anual de 200.000 refugiados anuales en un país en el que el año pasado entraron más de un millón de solicitantes de asilo.

Aboga además por poner en marcha el paquete de medidas aprobado en noviembre para frenar la llegada de refugiados, un acuerdo que los tres aliados de la coalición intentarán hoy desatascar con el diseño de una fórmula que permita limitar la reagrupación familiar de los refugiados.

Ante las duras posiciones de los conservadores de Baviera, estado fronterizo con Austria por el que entra la mayoría de los refugiados a Alemania, el líder socialdemócrata pidió hoy de nuevo rebajar el tono del debate y evitar “histerias”.

En una declaración ante el Parlamento para presentar su informe económico anual, Gabriel insistió en que Alemania, a pesar del inmenso reto que suponen los flujos de refugiados, es un país estable y capaz.

Desde el SPD se ha puesto el acento en la necesidad de “reducir el ritmo” de la llegada de refugiados, en lo que entraría la fórmula de compromiso para restringir o aplicar una moratoria de tres años a la reagrupación familiar, también sobre ciertos contingentes de refugiados sirios.

Tras la reunión de la coalición, Merkel recibirá a última hora a los primeros ministros de los “Länder”, que ya han avisado de que reclamarán un mayor respaldo financiero del Estado para hacer frente a los problemas logísticos que sigue planteando la acogida e integración de cientos de miles de personas.

En esta reunión se debatirá además la posibilidad de incluir a Marruecos, Argelia y Túnez en la lista de países seguros, como se hizo ya con Albania, Kosovo y Montenegro.

El objetivo es agilizar la tramitación de los expedientes de esos nacionales y facilitar su expulsión, ya que sus posibilidades de conseguir asilo en Alemania quedarían muy limitadas.

En la Cancillería se abordará asimismo la posibilidad de acelerar las expulsiones, competencia de los estados federados, y de obligar a los refugiados a mantener una dirección fija para intentar una distribución homogénea en el territorio nacional y evitar la saturación actual de algunas regiones y ciudades.

El SPD reclama además inversiones adicionales para sufragar la construcción de guarderías y viviendas.

Tras el debate sobre la seguridad, advirtió hoy la ministra de Trabajo, la socialdemócrata Andrea Nahles, debe abordarse el de la integración en el mercado laboral, cuestión prioritaria, en su opinión, para la incorporación de esos contingentes en el tejido social alemán.

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