Por Flaminia Bussitti
BERLIN, 20 (ANSA)- La canciller alemana Angela Merkel dijo
hoy sentir “verguenza y arrepentimiento” en su histórica visita
al campo de concentración de Dachau, en medio de una seguidilla
de actos electorales que enturbiaron su presencia en el lugar
donde entre 1933 y 1945 fueron exterminados alrededor de 200 mil
prisioneros del nazismo.
Merkel visitó Dachau, en las cercanía de Munich, Baviera, en
plena campaña electoral para las elecciones legislativas del 22
de septiembre, lo que generó las críticas de los Verdes y otros
partidos de la oposición.
La presencia de Merkel en Dachau en plena campaña electoral
ha roto un tabú de los cancilleres alemanes ya que ninguno hasta
ahora se había atrevido a pisar un campo de exterminio nazi en
vísperas de las elecciones.
Los Verdes acusaron a Merkel de utilizar a la visita a Dachau
con su significado histórico como “una maniobra electoral”.
En cambio, la presencia de Merkel en el ex campo de
exterminio fue saludada por el Consejo Central de los Judíos en
Alemania.
La canciller había programado dos reuniones políticas durante
la jornada en las ciudades de Erlangen y Dachau, ambas de
Baviera, en apoyo a los candidatos de su partido para las
elecciones de septiembre, que pueden resultar vitales para la
continuidad de su gobierno.
En el curso de sus actividades, se cruzó con un sobreviviente
del Holocausto, Max Mannheimer de 93 años, quien la invitó a
visitar el Memorial de Dachau.
Merkel aceptó la invitación e incluso mencionó que tenía
“previsto” trasladarse en algún momento hasta el ex campo de
concentración del nazismo.
La canciller dijo que Dachau la envolvía en un “sentimiento
de verguenza y arrepentimiento” y que recorrer sus instalaciones
“no es una visita fácil, porque lo ocurrido en los campos de
concentración sigue siendo inconcebible”.
“Para mí ha sido un momento muy particular”, afirmó la
canciller, al colocar una corona al píe del Memorial y agregó
que “la memoria de estos destinos me llena de profundo dolor y
verguenza”.
“La visita” fue criticada porque “tuvo lugar entre dos
tiendas de la cerveza”, en alusión a los pasillos de las ferias
donde se bebe cerveza en Baviera y que fue el escenario de sus
actos partidarios.
El portavoz del gobierno Steffen Seibert señaló que la
canciller había sido invitada por Mannheimer después de que se
enteró de su presencia en Dachau y que no estaba previsto
incluir el campo de exterminio en su agenda, decisión modificada
por la invitación del sobreviviente.
El único jefe de gobierno alemán que visitó Dachau hasta
ahora fue el ex presidente Horst Koehler en 2010, en
coincidencia con el 65 aniversario de la liberación del campo de
exterminio, donde fueron internados 200 mil prisiones de 30
países.
El canciller socialdemócrata Willy Brandt también visitó sus
instalaciones en 1982, pero por entonces ya no era jefe de
gobierno alemán.
También el socialdemócrata Johannes Rau lo visitó cuando no
era todavía Jefe de Estado.
La jefa del grupo parlamentario de los Verdes, Renate
Kuenast, criticó “la combinación inadmisible” de actos
electorales y de homenaje a las víctimas del Holocausto.
Künast reprochó a Merkel en unas declaraciones al diario
Leipziger Volkszeitung que “el que se toma en serio la memoria
de semejante escenario del horror no hace una visita así en
periodo electoral”.
La dirigente de los Verdes calificó la presencia de Merkel
como “una visita de mal gusto” previa a un acto electoral
organizado en una carpa cervecera.
El historiador Wolfgang Benz, especialista en la época nazi,
lamentó que la visita “se produzca tan tarde” y analizó que
ceremonia “ha dado la impresión de ser algo de paso”.
En cambio, Dieter Graumann, presidente del Consejo Central de
los Judíos en Alemania destacó que “por lo menos la señora
Merkel es el primer canciller que visitar el memorial de
Dachau”, en declaraciones a Spiegel online.
“Yo seré de seguro la última persona en criticar su visita”,
enfatizó en defensa de Merkel.
La ex presidente del Consejo Judío de Alemania, Charlotte
Knobloch, coincidió que encontraba “encomiable” que la canciller
aprovechara la ocasión de su visita a la región para visitar
también el ex campo de concentración”.
Max Mannheimer, uno de los pocos sobrevivientes con vida, ha
hecho de la memoria del Holocausto su misión y consideró que la
visita de Merkel es “para nosotros un gran honor y un evento
histórico”.
Dachau es el único campo de concentración que funcionó
durante los 12 años del III Tercer Reich y sirvió de modelo para
el sistema de exterminio organizado por el nazismo.
Su primer comandante, el general de la SS Theodor Eicke, fue
quien decoró el portón de entrada con la inscripción infame de
“El trabajo os hará libres”.
Las estadísticas indican que alrededor de 40 mil prisioneros
fueron asesinados por los nazis, incluidos tres mil obispos y
sacerdotes católicos y decenas de Testigos de Jehová.
Del resto, la mayoría de los prisioneros falleció por el
hambre y por la epidemia de tifus que se desató a comienzos de
1945, en vísperas de la liberación.
BUS-ADG/MRZ
21/08/2013 00:07
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