La canciller alemana, Angela Merkel, cedió hoy a las exigencias de los conservadores bávaros de aplicar medidas restrictivas a la llegada de refugiadas, en medio de la alarma generada por las oleadas migratorias hacia Alemania y los incesantes ataques a centros de asilados.
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Tras dos días de negociaciones en distintos formatos -entre los tres partidos de la coalición de Gobierno, por separado; a escala de sus líderes, después, y finalmente entre Merkel y sus socios bávaros- la canciller accedió a las propuestas de Baviera, el “Land” más directamente afectado por la crisis de los refugiados.
Horst Seehofer, líder de la Unión Socialcristiana bávara (CSU), había convertido en caballo de batalla la implantación de zonas de tránsito en la frontera, donde evaluar las peticiones de asilo de los refugiados y, de ser rechazadas, proceder a su expulsión.
Dicha propuesta se topaba con el rechazo del cogubernamental Partido Socialdemócrata (SPD) y, aunque menos frontalmente, también de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que lidera Merkel.
La reunión de la mañana entre los presidentes de tres fuerzas gubernamentales -Merkel, Seehofer y el líder del SPD, Sigmar Gabriel- se cerró sin acuerdo, tras una conversación calificada de “constructiva” por el portavoz del Gobierno, Steffen Seibert, pero que dejó “puntos abiertos”.
La búsqueda de consensos a escala de la coalición quedó aplazada a una posterior reunión, el jueves próximo, pero Merkel y Seehofer siguieron negociando, ya sin Gabriel, hasta que surgió un acuerdo de principios que incluye no sólo el término “zona de tránsito”, sino también las restricciones al reagrupamiento familiar.
Seehofer insiste en que esa fórmula de zona de tránsito, en coordinación con las autoridades austríacas, contendrá o permitirá ordenar, al menos, la afluencia de entre 7.000 y 10.000 peticionarios que a diario entran ahora en su “Land” a través del país vecino.
Gabriel avanzó, ya el sábado, que esa propuesta es una línea roja para el SPD, ya que implicará crear enormes cárceles donde quedarían recluidas, tal vez por meses, personas que acuden a Alemania en busca de asilo.
Serían centros de internamiento con dimensiones de estadio de fútbol, había alertado el líder socialdemócrata, quien propuso como alternativa distribuir centros de registro por todo el país.
Ahí se coordinaría de manera más efectiva la evaluación de las peticiones de asilo y se procedería, llegado el caso, a la expulsión ordenada de quienes vean rechazada su petición.
El acuerdo entre la CDU/CSU contempla una moratoria de dos años al reagrupamiento familiar para algunos grupos de peticionarios, cuestión que el SPD advirtió de antemano que contraviene las leyes vigentes y está destinada a “morir” ante el Tribunal Constitucional.
La ronda de coalición de este domingo se planteó como de crisis, aunque la confrontación más directa no se libraba entre el SPD y la CSU, sino entre esa fuerza bávara y su matriz, la CDU de Merkel.
Seehofer no había escatimado críticas contra la línea de la canciller desde que ésta decidió abrir temporalmente las fronteras a la entrada de refugiados como medida humanitaria.
Esta semana planteó exigencias en términos de ultimátum para articular medidas de contención al flujo migratorio.
A ese contexto se añadieron las informaciones del dominical del diario “Frankfurter Allgemeine” según las cuales Merkel estima ya en un millón el cómputo de refugiados que Alemania recibirá este año, en lugar de los 800.000 oficialmente calculados.
Según este medio, Merkel lanzó este pronóstico en la última minicumbre entre la UE y los Balcanes, cuestión que la Cancillería desmintió al asegurar que no ha habido tal corrección al alza.
Mientras los líderes buscaban consensos, proseguía el goteo de informaciones sobre nuevos ataques contra centros de asilados.
Tres peticionarios fueron atacados con bates de béisbol por unos 30 desconocidos en Magdeburgo; un joven resultó herido por un objeto incendiario lanzado contra una vivienda de refugiados en Dresde, y dos sirios quedaron heridos a consecuencia de una paliza en Wismar, población del este de Alemania, como las dos anteriores.
Un albergue de Baja Sajonia (centro) fue objeto de un ataque incendiario, que se añade a otros dos registrados en esa misma parte del país la madrugada del sábado.
El cómputo de ataques a centros de asilados, habitados o en construcción, en toda Alemania, llegó a los 600 en lo que va de año.
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