El Gobierno de Berlín sufre más presión en el tema de los refugiados. Mientras estos llegan a miles a tierras germanas, el país sufre un repunte de la xenofobia con movimientos como Pegida y la incansable oposición del partido gemelo de Merkel en Baviera, el CSU.
La canciller asegura que hay que cambiar el sistema de Dublín y que el peso de los que llegan no puede ser asumido solamente por países como Italia o Grecia. En una conferencia de su partido, la CDU, Merkel ha asegurado que está trabajando para reducir el número de refugiados: “No creo, sin embargo, que cerrar las fronteras de Alemania con Austria, como piden algunos, sea la solución”.
Sus socios de la CSU consideran por su parte que han conseguido arrancar de Merkel un acuerdo que se ajusta más a sus convicciones: “Nosotros hemos conseguido un acuerdo en algo que todavía no ha visto la luz: el rechazo a una sociedad multicultural”, ha dicho Horst Seehofer, gobernador de Baviera y líder de la CSU.
Merkel ha anunciado además que un cierre de fronteras podría llevar a un nuevo conflicto en los Balcanes, en los que ya se acumulan los refugiados. Unos 28.000 han llegado a Grecia este fin de semana, según la policía helena. El número de llegadas se está reduciendo día a día debido fundamentalmente al empeoramiento del tiempo. E octubre han llegado unos 200.000 al país según la OIM.