Esas fuentes aseguran que aunque las diferencias son profundas, sobre todo porque el derecho a decidir es “irrenunciable” para los catalanes, el hecho de que, en su investidura, Mas no hablase nunca de independencia, sino de Estado propio, “hace posible un acuerdo” en esa línea. Baviera, añadieron, es un Estado propio dentro de Alemania y Massachusetts lo es dentro de los Estados Unidos de América, así como Puerto Rico es una Estado asociado a los EE.UU, por lo que una Cataluña con ese estatus no sería vista como algo extraño, sobre todo si lo que se deja a un lado es el separatismo.
Si no se puede hacer la consulta, señalan las fuentes consultadas -que admiten que sólo puede ser legal-, se celebrarían unas elecciones catalanas en las que el programa de los soberanistas fuera directamente la independencia. Eso sí. Ya no serían en 2014, como se comentó, sino cuando se agote la legislatura, en el 2016.
Aunque se ocultan las razones, los consultados dan a entender que por razones electorales de CIU. Aunque están convencidos de que la coalición de Mas y Durán Lleida volvería a ganarlas ahora frente a ERC, saben que lo harían perdiendo muchos diputados, según las encuestas. Y prefieren esperar. En cualquier caso, añaden, Mas volverá a ser el cabeza de lista, en contra de todas las especulaciones que apuntan en el sentido contrario.
La esperanza de una solución pactada es cada vez mayor y convergentes y democristiano valoran especialmente el retorno de las relaciones. Estuvieron totalmente rotas durante seis meses, dicen, pero ahora hay diálogo entre Rajoy y Mas, a los que asesoran expertos que no son del Gobierno y que se reúnen entre sí. Es más, añaden que ya existe una relación fluida, aunque con profundos desacuerdos, entre ministros del Gobierno central y consejeros de la Generalitat.
Por eso consideran que no es verdad que estemos en un punto sin retorno, aunque añaden que falta una mayor relación entre los presidentes porque, como en los matrimonios, el roce hacer el cariño. No obstante, también estiman que todavía nadie ve todavía un escenario común para el acuerdo. Un acuerdo que se debe mover en la comprensión mutua de que el derecho a decidir de los catalanes es irrenunciable, como señala Mas, y al tiempo que no se puede romper el marco constitucional, como plantea Rajoy.