Berlín, 3 ene (EFE).- La Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), hermanada con la Unión Cristianodemócrata de la canciller, Angela Merkel, considera que Alemania debe limitar la acogida de refugiados a unos 200.000 anuales y aboga por imponer ese tope para los próximos años.
“Por la experiencia pasada puedo afirmar que Alemania no tiene problemas en admitir un flujo de unos 100.000 a como máximo 200.000 peticionarios de asilo y refugiados de guerra por año”, afirma el líder de la CSU y primer ministro de Baviera, Horst Seehofer, en declaraciones al dominical del popular diario Bild.
Ese cómputo será “asumible” y posibilitaría la integración de los refugiados mientras que, por encima de ese límite, es “sencillamente demasiado”, prosigue el líder bávaro, en relación al más de millón de peticionarios de asilo que recibió Alemania en 2015.
Seehofer argumenta que, si no se actúa en consecuencia, Alemania se encontrará en este 2016 con un flujo aún mayor que el año pasado de peticionarios de asilo y que podría llegarse hasta el millón y medio.
Apunta que, además de éstos refugiados, hay que contar con que al país acuden otros inmigrantes -hasta medio millón al año, afirma, aprovechando la libre circulación de ciudadanos en el ámbito de la UE.
La CSU de Baviera, el “Land” por el que ingresan en el país la mayor parte de los refugiados, lleva meses insistiendo en la necesidad de contener esos flujos migratorios.
La crisis de los refugiados será el asunto dominante en la tradicional convención de Año Nuevo que ese partido celebrará la próxima semana en el balneario de Wildbad Kreuth, en la que se espera la asistencia de Merkel.
La cúpula ha elaborado para esa cita, que congrega a los diputados de la CSU en el Bundestag (Parlamento federal) y la cámara regional bávara, una serie de propuestas para contener los flujos migratorios y también para endurecer la lucha contra el yihadismo.
Así, abogarán porque se imponga la pulsera electrónica en el tobillo a los aproximadamente 1.000 islamistas radicales fichados por los servicios de seguridad como violentos y que se retire el pasaporte alemán a todo presunto yihadista nacionalizado que haya militado en grupos extremistas en el extranjero.
La cúpula de la CSU se siente reforzada en sus propuestas por la alerta activada la pasada Nochevieja en Múnich por presuntos planes de atentados terroristas que hicieron temer por ataques simultáneos como los registrados en París el pasado 13 de noviembre.
Seehofer ha defendido como correcta la decisión de desalojar dos estaciones de ferrocarril, adoptada la pasada Nochevieja, pese a que posteriormente se rebajó el nivel de alarma por no concretarse esas amenazas.
La CSU considera necesario estrechar la cooperación con los servicios de inteligencia extranjeros, tal como ha pedido también el propio ministro del Interior de Merkel, Thomas de Maizière. EFE