Karlsruhe (Alemania), 15 dic (EFE).- El líder de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), Horst Seehofer, socio de Angela Merkel, insistió hoy en la necesidad de poner un límite a la acogida de refugiados ante el congreso de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que lidera la canciller.

“Si no ponemos un límite, en 2016 la cifra de los que seguirán llegando superará la de este año. Y ningún país de la tierra puede asumir de forma ilimitada la llegada de refugiados. Tampoco Alemania”, afirmó Seehofer, invitado al congreso que se celebra en Karlsruhe (suroeste) y que tiene la crisis migratoria como eje central.

El líder de la formación bávara, hermanada con la CDU de Merkel, marcó así las distancias respecto a la canciller, quien el día anterior vio refrendada por unanimidad una fórmula de compromiso para “reducir sensiblemente” la llegada de refugiados, pero sin imponer límites cuantificables.

Seehofer fue recibido con aplausos corteses en Karlsruhe unas semanas después de hacer pasar un mal trago a Merkel, quien acudió como invitada al congreso de la CSU bávara y tuvo que soportar un chaparrón de críticas a su gestión ante los refugiados.

A lo largo del discurso del líder bávaro, los aplausos arreciaron, especialmente cuando plasmó la realidad que vive su “Land”, por donde entran principalmente los peticionarios de asilo que aspiran a quedarse en Alemania o seguir hacia Escandinavia.

Seehofer cuantificó en cifras concretas el número de solicitantes que han llegado en los últimos cinco días a Baviera -entre más de 5.000 y 3.000- para apuntalar su teoría de que, a este ritmo, en 2016 se superará el millón que ha recibido este año el país.

Citó, además, la advertencia del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, según el cual “la ola de refugiados es tan grande que no podemos permitirnos no detenerla” y recordó que la acogida de refugiados, y su integración, es tarea costosa, también en lo económico.

Fuera de las diferencias existentes entre su posición y la de Merkel, Seehofer se deshizo en elogios a la canciller -“tenemos una canciller excelente”-, al parecer determinado a limar las asperezas de los últimos días, lo que le valió una despedida entre ovaciones. EFE