Tegucigalpa, Honduras
¿Fue Hitler un homosexual? ¿Poseía una enfermedad genética o venérea? ¿Era un ser asexuado? ¿Se llevó a la eternidad el enigma de su vida íntima?.
Las más audaces conjeturas se ven despejadas una tras otra en un estudio que data de 1923 sobre el hombre más discutido de la historia contemporánea, Adolf Hitler.
El doctor consigna en un informe firmado el 12 de noviembre tras una revisión médica al “preso número 45” que Hitler se encuentra en buen estado de salud y que padece “criptorquidia del lado derecho”.
Como rememoraronvarios medios alemanes, poco se equivocaban los soldados británicos que en la Segunda Guerra Mundial cantaban “Hitler has only got one ball” (“Hitler sólo tiene un huevo”) con la música de la popular “Marcha del coronel Bogey”.
Y es que la criptorquidia es un trastorno del desarrollo en los mamíferos que consiste en el descenso incompleto de uno o ambos testículos a través del canal inguinal hacia el escroto.
El diagnóstico rebate sin embargo la parte de la leyenda que indicaba que Hitler podía haber perdido un testículo al ser herido por una granada en el frente durante la Primera Guerra Mundial.
Los derechos del libro han llevado a cabo durante 70 años por el estado de Baviera, que se ha negado a permitir reimpresiones, pero el derecho de autor se agote a finales de 2015.
Las autoridades alemanas todavía planea procesar a los editores de reimpresiones sin editar bajo cargos de incitar racial odio.
Sin embargo, el Instituto de Historia Contemporánea de Munich planea publicar Hitler, Mein Kampf: una edición crítica en enero, lo que añade contexto a la diatriba de odio con el comentario histórico en 3.500 anotaciones.
Como se informó en la edición digital del diario económico Handelsblatt, la asociación de maestros propuso que los pasajes seleccionados del libro se les debe enseñar a los estudiantes de 16 años y más. Los educadores no podían ignorar el texto inflamatoria de todos modos, dijo el jefe de la asociación Josef Kraus, citando el atractivo de lo prohibido para los jóvenes.
En su lugar, el panfleto de propaganda debe entrar en el plan de estudios y se presentará “por historia y la política profesores conocedores”, ya que ello podría ayudar a “inocular adolescentes contra el extremismo político”.