Por Olga Borobio. Enviada
Munich, 21 Nov (Notimex).- El conflicto entre la política migratoria de la canciller federal de Alemania, Ángela Merkel, y la del partido Unión Social Cristiana, que encabeza el gobernador de Baviera, Horst Seehofer, quedó hoy claramente planteado al término del Congreso en Munich del partido bávaro.
Merkel, quien es la presidenta de la Unión Demócrata Cristiana, preconiza una cultura de la bienvenida y de la amabilidad para los miles de refugiados que están llegando al país en grandes cantidades desde hace dos meses.
Mientras que Seehofer declaró este sábado que la política migratoria de Baviera es la de la razón, para lo que primero, fortalecerá el control de las fronteras exteriores de Baviera, así como la seguridad interna en ese estado, con mayores recursos financieros y personal.
La cultura de la razón de Seehofer se apoya en lo que él llamó tres grandes pilares: el primero es el de la humanidad, que significa darle lo que necesitan los refugiados que vienen huyendo del horror, el hambre y la violencia.
El segundo pilar es la integración, con el fin de evitar que se formen puntos de conflicto social entre los refugiados a los habitantes de Baviera. Para ello anunció una serie de medidas.
Entre las principales medidas se cuentan, otorgar amplias posibilidades para que los refugiados aprendan alemán, la construcción de 28 mil nuevas viviendas para que tengan acceso a un techo.
De los refugiados Baviera espera que acepten como titular la cultura alemana, el orden y el estado de derecho, así como las leyes del país europeo.
El tercer pilar va frontalmente contra la política migratoria de Merkel: poner límites cuantitativos a los contingentes de refugiados por nacionalidades.
Alegó que nadie puede ser obligado a hacer lo que no puede, y que eso se transfiere a las capacidades de Baviera y de Alemania.
Merkel rechaza hasta hoy fijar un tope máximo porque argumenta que Alemania no puede tomar unilateralmente en la Unión Europa una decisión así.
La canciller federal, quien habló la víspera ante el Congreso de la Unión Social Cristiana, planteó que su gobierno está llevando a cabo una estrategia internacional para que se resuelvan las causas de las guerras civiles que obligan a tanta gente a huir de sus países.
Para ello se está negociando un acuerdo político-migratorio con Turquía, ya que ese país ha acogido hasta ahora a cerca de dos millones de refugiados.
Merkel dijo que es necesario que la Unión Europea apoye a Turquía para invertir en esos campamentos multitudinarios de refugiados en el lugar donde ellos pueden vivir con un buen nivel de vida, mientras que resuelve el conflicto en su país.
Por su parte, Seehofer informó que el gobierno de Baviera lleva a cabo negociaciones con Turquía para que los refugiados se sientan bien donde están, de manera que no quieran desplazarse a Alemania.
Seehofer apuntó que Baviera se esforzará por fortalecer los hotspots, que son los centros de registro de los refugiados y los lugares donde se decide su distribución en Europa. Esos hotspots están situados en Bulgaria, Grecia e Italia.
Merkel anunció lo mismo, pero el gobierno de Baviera llevará a cabo sus propios contactos, ya que Alemania es una federación conformada por 16 estados, y cada uno de ellos guarda mucha autonomía.
La canciller federal trató en los 10 años que lleva al frente del gobierno de Alemania de resolver las diferencias con sus detractores u opositores con diálogo y consenso, pero en esta ocasión no logró resolver las asperezas con la Unión Social Cristiana de Baviera.
Ese partido es el más pequeño en la coalición de tres partidos que gobierna a Alemana, al igual que el partido que encabeza Merkel, es de derecha, pertenece a la corriente demócrata cristiana, aunque es más conservador y muy apegado a los intereses de Baviera.