Guardiola no ha mejorado al Bayern Munich
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Categoría de nivel principal o raíz: Fútbol Internacional
Categoría: Reportajes
Publicado el Miércoles, 08 Octubre 2014 15:47
Escrito por Juan Yagüe
El entrenador español no ha cumplido las expectativas de la escuadra teutona a pesar de la contundente consecución de la Bundesliga la pasada temporada. El ridículo en Champions y el bajón de nivel en el equipo bávaro, reproches achacables al técnico.
El fútbol tiene poca memoria. Ya nadie recuerda el terrorífico promedio goleador de Telmo Zarra. Nadie sabe quien era el portero del colosal Milán de Arrigo Sacchi encabezado por Frank Rijkaard, Ruud Gullit y Marco Van Basten. No está en la memoria de ningún aficionado la exhibición del Inter de Mourinho en Stamford Bridge. Tan siquiera muchos recuerdan la proeza del Atlético de Madrid hasta llegar a la final de Lisboa la pasada temporada y si de la forma en que cayeron los colchoneros. Tan sólo quedará en la historia el gol de Ramos y la posterior victoria madridista. El resto acabará en el olvido con el paso de los meses. De los años. De los recuerdos del balompié.
Algo parecido le sucede a Pep Guardiola en el Bayern de Munich. Los aficionados del conjunto bávaro no recelan del ex entrenador del Barcelona. Antes de su llegada a Baviera, el equipo teutón era la referencia en todo el continente. Campeón habitual de Bundesliga y de la Copa Alemana, pero también de la Champions. Y de forma aterradora. Tras arrasar a Arsenal, Juventus y Barcelona. Tras imponerse a un equipo grande de cada una de las mejores ligas. Tras coronarse en Wembley venciendo al Borussia Dortmund, el rival alemán. A día de hoy, el Bayern sigue siendo el equipo referencia en Alemania pero ya no asusta. No arrasa.
Guardiola ha hecho al lobo menos feroz. El Bayern es un equipo menos vertical. Menos profundo y menos agresivo. Con menos ambición y menos ganas de machacar al adversario, de mostrar su superioridad en los trámites que son los partidos en la Bundesliga. Las victorias son simplonas y menos convincentes. A pesar de ello, consiguió alzarse con el título en el mes de marzo ante un mediocre rendimiento de su rival, el Borussia, a lo largo de la temporada. Lastrado con sucesivas y variadas lesiones, los de Jurgen Klopp jamás tuvieron opciones de competir por el campeonato doméstico.
En Champions el Bayern sembró dudas en todos los cruces. Ante el Arsenal consiguió sacar adelante la eliminatoria en Londres con un hombre más y la presencia de Mandzukic que otorgó al equipo bávaro profundidad y presencia en ataque. Sin embargo, el anodino juego en el Allianz supuso un insípido empate a 1 que unido a la victoria en el Emirates dió la victoria a los alemanes. En cuartos, ante el Manchester United (el equipo más débil en el top-8 de la competición), los de Guardiola llegaron a ver peligrar su continuidad en la competición con el tanto de Evra en Munich que ponía en ventaja a los mancunianos en la eliminatoria.
La postrera remontada de poco sirvió. El correctivo sufrido a manos del Real Madrid en semifinales no enmascara la frustración e inoperancia de Guardiola para dar continuidad a un modelo ganador. Quiso poner su sello de identidad y fracasó. La incorporación de Lahm al mediocentro, jugar con falso nueve, sobrecargar una banda con Robben y Ribery… Todas las variaciones empeoraron el legado de Heynckes.
Más aún, pocos jugadores mejoraron su rendimiento. Gotze, el veterano Pizarro y la consolidación de Thiago Alcántara fueron los únicos beneficiados con su llegada. Schweinsteiger tornó en un mediocentro pesado y tosco. Con más presencia en el juego y más goleador pero peor para el engranaje del Bayern. Ribery y Robben perdieron desequilibrio. Kroos y Mandzukic han acabado abandonando la disciplina del titán alemán por la forma de entender el fútbol de Pep. Shaqiri ha dejado de ser un prometedor extremo. Alaba ha cortado su progresión. Muchos reproches.
Es indudable que el Bayern es un equipo ganador y lo seguirá siendo. Sin embargo el periplo de Guardiola por Baviera no está siendo positivo. Ni el juego del equipo ni el rendimiento de los jugadores ha mejorado o se ha mantenido. Todo lo contrario. La perfecta maquinaria conseguida con el Fútbol Club Barcelona parece una utopía para el Bayern de Munich. Con el estilo de toque o cualquier otro, el equipo de Baviera no termina de convencer. Gana por inercia y por falta de competitividad. No hace tanto el Bayern era el titán alemán y el europeo. No hay que olvidarse de que hace poco el lobo si era feroz.
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