El golpe comando que dieron cinco delincuentes armados en una fábrica de lavandina podría compararse con una escena de ficción televisiva. Pero el desenlace de la historia fue todavía más llamativo: una persona que había estado en el baño durante el asalto, salió, desató a las víctimas y condujo su camioneta en una violenta persecución que terminó con dos detenidos.

El asalto ocurrió el miércoles a la mañana. Fuentes policiales contaron que fue pasadas las 11, en una fábrica de lavandina situada en el kilómetro 29 de la ruta 38, a la altura de Nueva Baviera. Los operarios trabajaban con normalidad cuando llegó el dueño de la planta, Hernán Massa. El empresario llevaba $ 50.000 que habrían estado destinados al pago de sueldos. Momentos después, los delincuentes dieron el golpe.

Las fuentes precisaron que eran cinco hombres, todos con armas de fuego, que se movilizaban en tres motocicletas. Antes de ingresar a la fábrica, los asaltantes se ocuparon de cortar los cables del circuito cerrado de cámaras para evitar que quede registro alguno de sus movimientos. Una vez superado ese trámite, entraron con violencia.

Se desconoce cuántos empleados había en la planta en ese momento. Pero las fuentes relataron que todos fueron golpeados y maniatados, al igual que Massa, a quien le propinaron culatazos en la cabeza. En cuestión de segundos, los delincuentes se apoderaron de $ 60.000 y una computadora. “Vieron que había llaves de un vehículo y preguntaron de quién eran. El propietario de la fábrica les dijo que eran las llaves de su auto que estaba afuera, entonces se las llevaron para evitar ser perseguidos”, contó el comisario Roque González, jefe de la Unidad Regional Oeste, que trabajó en el operativo.

Tiros y velocidad

Un amigo de Massa, Alberto Lucio, había ido a visitarlo a la planta esa mañana. Segundos antes de que entraran los ladrones, el hombre había ido al baño. Ocurrió todo tan rápido que, cuando Lucio salió, se encontró con el resultado del asalto: todos los obreros atados y su amigo con la cabeza ensangrentada. Las tres motocicletas estaban huyendo a toda velocidad.

Lucio los desató y salió corriendo junto a su amigo. Ambos subieron a la Renault Kangoo de Lucio y comenzaron a perseguir a los delincuentes. Al mismo tiempo, los empleados se comunicaban con la Policía para avisar lo que había ocurrido.

González señaló que la persecución se extendió a lo largo de 10 kilómetros aproximadamente, por caminos de tierra, y que los delincuentes hicieron varios disparos al aire. En el trayecto fueron sumándose policías que hacen paradas en la ruta, personal de la comisaría de Famaillá, de Infantería y de Patrulla Motorizada. Habrían sido más de 20 los efectivos que trabajaron en el operativo. Conducían los móviles de la fuerza por detrás de la Kangoo de Lucio, que a su vez no les perdía pisada a las tres motocicletas.

Al llegar a la ruta 322, cerca de Río Seco, uno de los motociclistas perdió el control del rodado y cayó al piso junto a su acompañante. Un grupo de policías redujo a uno de los ladrones, mientras que otros uniformados perseguían a su compañero, que intentaba escapar corriendo. Ambos fueron esposados y subidos a un patrullero. Los otros tres asaltantes, en tanto, consiguieron huir.

Antecedentes

Finalizada la persecución, Massa fue llevado al hospital Padilla para que le curaran la herida de la cabeza. Una hora más tarde los médicos le dieron el alta. En el lugar de la detención, en tanto, los policías secuestraron dos escopetas y un arma 9 milímetros. Además, constataron que la moto en la que se desplazaban era robada. “Tenía pedido de secuestro por un robo ocurrido el 25 de agosto en jurisdicción de la seccional 3ª de la capital”, precisó el comisario González.

Fuentes de la investigación indicaron que los dos ladrones detenidos tienen domicilio en el barrio Manantial Sur de la capital. “Ambos tienen antecedentes y uno de ellos había salido hace pocos días de la cárcel”, agregaron las fuentes. Respecto a los prófugos, ya estarían identificados. Intervino el fiscal de Instrucción de la II° Nominación del Centro Judicial Monteros, Jorge Carrasco, quien ayer debía tomarles declaración.