La Unión de cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU) de la canciller federal, Angela Merkel, también parece entenderse con Los Verdes. La primera reunión entre ambas formaciones finalizó sin acuerdos ni comentarios, pero con el anuncio de una nueva cita para el martes, un día después de la prevista segunda ronda de conversaciones con el Partido Socialdemócrata (SPD).
A los contactos en la Sociedad Parlamentaria de Berlín para estudiar la posibilidad de negociar una inédita coalición de gobierno asistieron 14 representantes de la Unión encabezados por la propia Merkel y ocho destacados miembros de Los Verdes. A su término, el secretario general de la CDU, Hermann Gröhe, se limitó a comentar que el tiempo de la reunión había resultado insuficiente -se prolongó durante poco más de tres horas- para tocar todos los temas de interés para ambas formaciones.
Las señales previas resultaban incluso esperanzadoras. El líder de la CSU y presidente de Baviera Horst Seehofer, hasta ahora muy crítico hacia la posibilidad de negociar una coalición con Los Verdes, comentaba antes de la reunión que «el objetivo tiene posibilidades» y su colega en la presidencia del rico Estado de Baden-Württemberg, el verde Winfried Kretschmann, aseguraba que acudía «relajado» al encuentro con los conservadores. Los analistas políticos en la capital alemana comentaban además que, pese a las diferencias culturales entre ambos partidos, las distancias programáticas son menores y la posibilidad de llegar al consenso es real.
La decisión del Gobierno saliente de Merkel de cerrar la última central nuclear a principios de la década próxima tras la catástrofe de Fukushima acabó con el último gran obstáculo para que conservadores y verdes puedan entenderse. Naturalmente hay diferencias en el diseño del llamado cambio energético o en la política hacia los refugiados, pero todo es negociable.