El cariño de Pep Guardiola por Hoeness, el presidente evasor

Desde que Uli Hoeness entró en prisión el pasado 3 de julio, vive aislado y se comunica solamente con su familia. El ex presidente honorífico del Bayern München y una de las personalidades más influyentes de la vida pública de Baviera durante las últimas décadas fue condenado a 3 años y medio de cárcel por evadir impuestos tras reconocer que ocultó 27,2 millones de euros en cuentas bancarias suizas.

A pesar de su pecado fiscal, sigue disfrutando de un discreto apoyo por parte de los poderes fácticos bávaros y agradece las silenciosas muestras de afecto en estas horas bajas, pero desea cumplir su pena en soledad. Pep Guardiola, sin embargo, no está dispuesto a dejar solo a su padre deportivo y ha solicitado una visita a la prisión.

Hasta ahora, aparte de la familia, Hoeness solamente ha recibido al ex presidente de Baviera, Edmund Stoiber, poderosa reliquia de la conservadora casta socialcristiana sureña, y del jefe de Adidas, Herbert Hainer, de su quinta, con el que Hoeness ha hecho negocios desde los años 70 y al que le unen intangibles hilos de complicidad.

Uli Hoeness está condenado a tres años y medio de prisión por evasión de impuestos

Recordemos por ejemplo que entre la escasa información de que disponemos sobre el origen del dinero que Hoeness ocultaba en Suiza figuran pagos millonarios por parte del anterior jefe de Addidas Robert Louis-Dreyfus, que el bávaro destinaba después a especular en bolsa con escaso éxito, según ha desvelado Süddeutsche Zeitung.

El caso Hoeness ha poblado los noticieros de la televisión alemana con retahílas de ceros que no llegan a las del escándalo de Jordi Pujol pero que sugieren, como en este, un inquietante trasiego de millones todavía con muchas caras ocultas. A nadie le ha extrañado, por tanto, que sus compañeros de fatigas, los de Hoeness, quieran seguir de cerca el cautiverio del Kaiser, se dejen caer por su celda y vigilen los pasos de su calvario público. Quién sabe dónde podríamos terminar si, llegado un momento, Hoeness se sintiese olvidado o abandonado, si cayese en un estado depresivo y le diera por tirar definitivamente de la manta de las finanzas bávaras. Lo que sí ha llamado la atención son las sobredimensionadas muestras de afecto de un recién llegado Pep Guardiola. Apenas lleva un año instalado en Múnich y, para sorpresa de muchos, ha adoptado innecesariamente el papel de plañidera oficial. Ni siquiera los hijos de Hoeness se han permitido tales exhibiciones públicas de apoyo a su padre.

Polémica dedicatoria

Ya a finales de marzo, tras ganar el Bayern la Bundesliga, Guardiola causó revuelo con unas declaraciones en las que afirmaba: “Este campeonato es para Ulli Hoeness, la persona más importante del equipo”. En el artículo ‘Campeonato para un criminal’, que publicó entonces el prestigioso semanario alemán ‘Die Zeit’, Christian Spiller criticó abiertamente al entrenador catalán. “Esa frase dice mucho de la visión del mundo de Guardiola”, anotó. “Podía haberse limitado a felicitar al equipo… Pero por primera vez un campeonato de fútbol alemán se dedica a un criminal, a una persona condenada que ya ni siquiera pertenece oficialmente al club”, afirmaba, en el mismo texto en el que hablaba de “lealtad mal entendida o actitud básica que muestra una imagen aterradora del mundo […]. Un mundo de millones en el que las personas quedan atrapadas por aquellos que las financian…”.

Al ganar la Bundesliga, Guardiola se la dedicó a él, «la persona más importante del equipo»

Haciendo caso omiso a estas críticas, Guardiola da ahora un paso más y ha confirmado esta semana que ha cursado una petición formal a la prisión de Landsberg, la misma en la que Hitler escribió ‘Mein Kampf’ y que acoge las secuelas penales del caso Hoeness, para visitar al convicto. Una petición similar ha sido cursada también por el presidente honorífico del Bayern, Franz Beckenbauer, y por el jugador Franck Ribery.

El primero cuenta con antecedentes penales y recientemente ha sido sancionado con 90 días de suspensión de todas sus actividades relacionadas con el fútbol por negarse a cooperar, como ex directivo de la FIFA, en la investigación sobre pago de sobornos para la designación de las sedes de la Copa del Mundo en Rusia 2018 y Catar 2014. La posterior justificación de Beckenbauer a su negativa a colaborar con los investigadores ha sido que le presentaron “cuestionarios en inglés que no entendía”.

En el caso de Ribery, todos en el Bayern saben lo agradecido que está el jugador a Hoeness, que se encargó de protegerlo personalmente durante el escándalo, cuando se vio obligado a reconocer, en la instrucción del pertinente juicio, que había mantenido relaciones sexuales con la prostituta Zahia Dehar en dos ocasiones en 2009, aunque negando en todo momento haber pagado por ellas y asegurando desconocer entonces que ella era menor de edad. Durante el juicio, Hoeness hizo lo imposible por imponer la tesis de su inocencia y se estableció entre ellos una relación que va mucho más allá de la puramente deportiva, por lo que resulta comprensible que el jugador quiera visitarle ahora en la cárcel y compartir sus desventuras.

Protagonista

Lo que nadie termina de explicarse es qué pinta Guardiola en todo este peculiar círculo de íntimos, un entramado de ocultos intereses financiero-deportivo-personales en el que ha aterrizado como un ‘outsider’ y en el que se empeña en tomar un papel protagonista. Hace un año, tras su fichaje, las malas lenguas en Múnich susurraban que su llegada a un equipo a reventar de títulos, junto al aparataje de focos montado a su alrededor, tenían como principal objetivo la creación de un evento mediático que distrajese la atención durante el que ya se esperaba como el año del juicio Hoeness.

Los medios germanos han criticado su “trivialización” de los delitos cometidos por este magnate bávaro

A miembros de la actual directiva, según fuentes del equipo, no les hace ninguna gracia que Guardiola insista ahora en hacerse fotos abrazando al preso, de cuya imagen desean distanciar en lo posible al club. Su misión sería, más bien, lucir palmito en las terrazas muniquesas y generar expectación respecto a algún fichaje, ejerciendo de cara visible del nuevo Bayern, y no del viejo. Aunque parece no haberlo entendido del todo, el plan sigue adelante y el presidente del Bayern, Karl-Heinz Rummenigge, acaba de confirmar que el club alemán “nunca” despedirá al actual entrenador, que estará a cargo del equipo “al menos hasta que termine su contrato en 2016”.

Quizá nos encontremos solamente ante el típico sobreesfuerzo que a menudo deben hacer los emigrantes para encajar en su nuevo destino. Desde que puso un pie en Múnich, Guardiola se ha deshecho en gestos de inmersión bávara, como enfundarse el traje regional e incluso hacer a Cristina, su mujer, ponerse el típico Dirndl para asistir juntos al Oktoberfest y sin olvidar, por cierto, su aprendizaje a toda pastilla de la lengua de Goethe. A Cristina Serra, por cierto, la presentaba ante la alta sociedad muniquesa al principio como “mi compañera”, dando lugar a más de un par de incómodos silencios por parte de sus recalcitrantes católicos interlocutores. Y hasta en eso se ha adaptado, de forma que el pasado 29 de mayo, después de una vida en común de más de 20 años y con sus tres hijos en primera fila, la pareja contraía matrimonio.

Junto a Guardiola sólo están Beckenbauer y Ribery. Ambos envueltos en problemas judiciales

En todo caso, se diría que Guardiola sufre una especie de efecto imán hacia ex presidentes evasores desprestigiados. En su agitada Cataluña, Artur Mas podría estar presionando a Jordi Pujol para que se exilie con el fin de que el ex Honorable no dañe el proceso independentista. Una de las opciones que baraja la familia más allá de México o Suiza, donde tienen cuentas, sería Alemania. Pujol habla alemán, se educó de hecho en el Colegio Alemán de Barcelona y tiene buenas relaciones en los círculos del poder bávaros. Es admirador de Guardiola, como también lo era Hoeness, y le defendió cuando este último optó por su particular exilio a Alemania: “Si cree que debe irse, es porque le conviene”, dijo entonces Pujol en el programa ‘Tercera grada’, de RAC1.

Guardiola nunca ha ocultado sus filias políticas y se ha manifestado desde el extranjero a favor del proceso soberanista y la consulta del 9 de noviembre. Tanto desde Nueva York como desde Berlín, donde leyó un manifiesto a favor de que los catalanes pudieran votar, el entrenador ha dejado clara su querencia por CiU. Que ahora Pujol, símbolo del partido y del independentismo, se haya destapado como un corrupto con una fortuna lograda a base de mordidas no ha hecho que Guardiola abra la boca. ¿Qué pensará de un político con el que ha compartido más de una velada en sus tiempos del Barça y con el que ha participado en documentales de la plataforma independentista Óminum Cultural?

Más críticas

Curiosamente, su padre deportivo y su padre político parecen estar cortados por similar patrón y, dada la tendencia de Guardiola a presentarse al mundo en el papel de buen hijo, bien podríamos llegar a verle acompañando también a Pujol en sus horas más bajas y con un paisaje alpino de fondo.

A Hoeness, después de la sentencia, ha seguido apuntalándolo con una cercanía que desconcierta en Alemania y que algunos comentaristas han traducido como una “trivialización” de los delitos cometidos por el ex presidente honorífico del Bayern. “Desearía hablar mejor alemán para poder expresar mejor mis sentimientos. En el tiempo que llevo aquí he podido ver y darme cuenta de lo importante que es Uli Hoeness para este club, que es uno de los mejores del mundo. Nada de todo esto hubiera sido posible sin la personalidad de Uli Hoeness… Creo que se ha ganado nuestro respeto. Espero que pueda volver en el futuro para seguir apoyándonos y por mi parte, desde luego, puedo decir que es mi amigo y que seguirá siéndolo. Ahora debemos seguir trabajando y seguir haciendo aquello que Hoeness nos ha enseñado”, fueron sus palabras.

Desde que ingresó en su celda de ocho metros cuadrados en la prisión de Landsberg, a principios de junio, Uli Hoeness ha perdido 12 kilos y ha sido ingresado en el centro médico de la cárcel. No dispone de televisión, pero se le permitió ver la final del Mundial como al resto de los presos.

A finales de mayo, Pujol seguía dando conferencias en Alemania, como la que pronunció ante la Academia para la Investigación y la Enseñanza de la Práctica Política, en Bonn, y era entrevistado por la cadena pública de televisión Deutsche Welle. Se educó en el Colegio Alemán de Barcelona y es devoto del modelo federal alemán. Sus amigos confiesan que durante los últimos 15 meses ha estado obsesionado con “no terminar como Helmut Kohl”.

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