El Castillo de Hohenzollern (en alemán: Burg Hohenzollern) es un castillo situado 50 kilómetros al sur de Stuttgart vinculado a los orígenes de la Dinastía Hohenzollern, familia que llegó al poder durante la Edad Media y gobernó Prusia y Brandeburgo hasta el final de la Primera Guerra Mundial.
El castillo se encuentra en la cumbre del monte Hohenzollern a una altitud de 855 metros, cerca de Hechingen, en el Jura de Suabia. La primera parte del castillo fue construida durante el siglo XI y fue completamente destruido tras un asedio de 10 meses en 1423 por parte de una alianza de las ciudades imperiales de Suabia.
Un segundo, mayor y más sólido castillo fue erigido entre 1454 y 1461 y sirvió como refugio a la familia de la Dinastía de Hohenzollern, de origen suabo, en tiempos de guerra, incluyendo la Guerra de los Treinta Años. A finales del siglo XVIII el castillo había perdido su importancia estratégica y cayó en el abandono, lo que condujo a que muchos de sus elementos fueran derribados. Actualmente la capilla de San Miguel es el único resto del castillo medieval.
Un tercer castillo, que es el actual, fue edificado por orden de Federico Guillermo IV de Prusia entre 1846 y 1867 bajo la dirección de Friedrich August Stühler, que se inspiró en la arquitectura inglesa neogótica, así como en los castillos del Loira. El castillo fue concebido como un homenaje a la dinastía Hohenzollern, de manera que ningún miembro de la familia residió en él hasta 1945, fecha en que se mudaron el Príncipe Guillermo de Prusia y su esposa Cecilia de Mecklemburgo-Schwerin. Ambos están enterrados en el castillo.
Entre los tesoros históricos que hoy alberga el castillo figura la corona de Guillermo II, algunos efectos personales de Federico II de Prusia y una carta de George Washington agradeciendo al Barón von Steuben el servicio de la Casa de Hohenzollern en la Guerra de independencia de Estados Unidos. El castillo es hoy un destino turístico muy popular.