El Ordinariato Personal de Nuestra Señora de Walsingham se prepara para el quinto aniversario de la Constitución apostólica Anglicanorum Coetibus, con la alegría de haber recibido una carta de Benedicto XVI. En ella, el papa emérito, como bávaro, se muestra encantado de que el templo principal del Ordinariato en Londres esté en la antigua capilla de la embajada de Baviera, un templo que durante años atendió de forma clandestina a los católicos de la ciudad
La carta del papa emérito responde a la que le envió, a principios de septiembre, Nicolas Ollivant, presidente de la asociación Amigos del Ordinariato, que se preocupa por lograr formas de financiación para el Ordinariato, que en muchos casos no tiene templos ni fuentes de ingresos propias, pero sí muchos sacerdotes con una familia que mantener. En su carta, Ollivant le agradecía la decisión de crear los Ordinariatos, y le incluía una pequeña historia de la capilla bávara, subrayando lo significativo de que se encuentren en una capilla bávara los miembros de un Ordinariato creado por un Papa bávaro.
El texto del Papa está escrito en alemán porque “sé que lo lee sin dificultad”, y comienza reconociendo que la carta de agradecimiento de Ollivant lo conmovió. “Naturalmente, me alegra particularmente que la antigua capilla bávara se haya convertido en la iglesia de su Ordinariato [en Londres], y sirva a un cometido tan importante para toda la Iglesia de Dios. No había tenido noticias de este santuario desde hacía tiempo, y por eso leí con mucho más interés y gratitud la descripción con la que acompañó su carta”.
Benedicto XVI escribió a los miembros del Ordinariato pocos días antes del quinto aniversario de la Constitución apostólica Anglicanorum coetibus, que abría la puerta a que comunidades anglicanas fueran admitidas de forma grupal a la plena comunión con Roma, conservando su patrimonio litúrgico.
Con motivo del aniversario, el ordinario de Walsingham, monseñor Keith Newton, escribió tanto al papa Francisco como a Benedicto XVI. La decisión de escribir a los Papas se tomó, por unanimidad, en el primer festival del Ordinariato, celebrado del 19 al 21 de septiembre. Ambas cartas expresan a los Pontífices su “amor, lealtad y gratitud”, y les piden sus oraciones por el Ordinariato y sus fieles.
Con todo, la dirigida a Benedicto XVI tiene un toque más personal. “Nunca olvidaremos -afirma- que fue su sabiduría y visión las que provocaron esa Constitución apostólica, y por eso le agradecemos habernos llevado, con alegría, a la plena comunión de la Iglesia católica”.
El nombre real de la capilla bávara es iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y San Gregorio. Está situada en Warwick Street, una pequeña calle del barrio londinense del Soho, y su historia es, en gran medida, una ventana a la historia de los católicos en Gran Bretaña desde la Reforma Inglesa y el consiguiente cisma. Se cree, por ejemplo, que era un templo que atendía, de forma clandestina, a los católicos de esa zona de Londres.Después del cisma, estaba prohibida la existencia de templos católicos, salvo los pertenecientes a las embajadas de países católicos. Bajo esta cláusula fue creada la capilla de la calle Warwick -que por aquel entonces se llamaba Dog Lane-, que perteneció primero a la embajada de Portugal y, después, a la de Baviera. Sin embargo, la mayoría de los sacerdotes asignados a ella tienen apellidos ingleses e irlandeses, lo que hace pensar que su ministerio se dirigía, sobre todo, a los propios católicos ingleses que permanecieron fieles a la Iglesia.
En 1780, la capilla original fue saqueada durante los Gordon Riots, los últimos disturbios anticatólicos en Gran Bretaña. Esta oleada de ataques estuvo provocada por la Ley de los Papistas, aprobada dos años antes, que pretendía acabar con gran parte de la discriminación oficial contra los católicos.
La iglesia actual fue construida entre 1789 y 1790, con la colaboración del Elector de Baviera, Carlos Teodoro. Su sencilla fachada, de ladrillo rojo, está diseñada para parecer una capilla protestante disidente o inconformista -presbiterianos, congregacionistas, baptistas o metodistas-, y así evitar el odio anticatólico. Desde el Domingo de Ramos de 2013, es la sede central, en Londres, de los anglicanos que han querido volver a la comunión con Roma, y también la residencia de su ordinario, monseñor Newton.+