Alemania no está dispuesta a que los refugiados que llegan a Europa puedan elegir el país de acogida, advirtió este domingo el ministro del Interior, Thomas de Maizière, cuyo país está registrando un aflujo sin precedentes de migrantes.

Los demandantes de asilo deben entender que “no pueden elegir los Estados en los que buscarán protección”, dijo a la prensa. Las reglas europeas, que imponen que las demandas de asilo se presenten en el primer país de entrada en la Unión Europea, “deben seguir funcionando”, añadió.

El ministro alemán anunció este domingo la reintroducción provisional de controles en las fronteras, para “contener el flujo de refugiados que llegan a Alemania”.

“Alemania introduce provisionalmente controles en sus fronteras, en particular con Austria”, indicó el ministro en Berlín, después de que en las dos últimas semanas llegaran 63.000 inmigrantes a Múnich, principal puerta de entrada a Alemania.

La medida podría llevar a la interrupción de servicios ferroviarios.

Todos los policías federales han sido puestos en estado de alerta, indica el Spiegel en su sitio web, y “todos los policías disponibles serán enviados a Baviera (sur) para cerrar las fronteras”, añade el semanario en su sitio web.

“Alemania cierra sus fronteras con Austria”, escribe por su lado el Bild en su página web.

En dos semanas llegaron a Múnich 63.000 refugiados, 13.000 de ellos el sábado, lo que pone a esta gran ciudad del sur de Alemania en una situación de casi saturación.

La noche del sábado al domingo, algunos refugiados, que llegan en tren desde Austria después de una odisea por los Balcanes, tuvieron que dormir en la calle.

Pese a la buena voluntad de los vountarios, en particular, las autoridades de Múnich han llamado la atención sobre las dificultades que tienen para albergar a estos inmigrantes procedentes de Siria, Irak o Afganistán, y han pedido al resto del país que comparta el esfuerzo.

Alemania espera este año a unos 800.000 demandantes de asilo, y está asistiendo a un aflujo sin precedentes de refugiados, desde que decidió no expulsar más a los sirios al país por el que entraron en la Unión Europea.

El país, la primera economía de la Eurozona, se ha convertido en el “Eldorado” de miles de refugiados que buscan una vida mejor, lejos del conflicto que los obligó a huir.