La ligera remontada de los socialdemócratas alemanes a cinco días de las elecciones puso ayer en duda la viabilidad de la actual coalición de centroderecha de la canciller Angela Merkel y reavivó los rumores sobre una gran coalición.
Junto a la debilidad crónica de los liberales, socio minoritario de Merkel, la encuesta del instituto demoscópico Forsa difundida ayer constata el ascenso del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), que viendo esta tendencia ha decidido alargar su campaña hasta el cierre de los colegios electorales para captar al indeciso.
El sondeo mantiene además la incertidumbre al esbozar un empate técnico entre la coalición de Gobierno y los tres partidos de izquierdas con representación parlamentaria.
La encuesta concede a la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel -que se presenta junto a la bávara Unión Socialcristiana (CSU)- un 39% de los sufragios, en la franja inferior de su horquilla de las últimas semanas.
El Partido Liberal Alemán (FDP), socio minoritario de Merkel en la actual legislatura y presente en 17 de los 22 gobiernos que ha habido en el país desde la II Guerra Mundial, se situaría en el 5%, al borde del abismo, pues éste es el mínimo para acceder al Bundestag (Cámara baja).
Tras una turbulenta legislatura, los liberales -que en las últimas generales obtuvieron un 14,6% de las papeletas- han quedado fuera de los parlamentos de varios estados federados y el domingo cosecharon un rotundo fracaso en las elecciones de Baviera, al lograr sólo un 3,2% de los votos.
El FDP, atenazado por la debacle bávara, volvió ayer a animar a los votantes cristianodemócratas a prestarle una de las dos papeletas que permite el sistema electoral alemán para reeditar la actual combinación en el Ejecutivo y, sobre todo, evitar un Gobierno de izquierdas.
La CDU, sin embargo, insistió en que no le sobra ningún voto, con la mente puesta en la derrota por la mínima que sufrieron en Baja Sajonia este año por este préstamo de escrutinios a los liberales.
“Dos votos, cuatro años”, afirmó con contundencia Merkel en una entrevista avanzada ayer por el diario Rheinische Post.
Por su parte, el SPD, el mayor partido de la oposición, se haría según Forsa con un 25% de los votos, su mejor resultado en los sondeos hasta el momento; La Izquierda lograría el 10%, y Los Verdes permanecerían en su mínimo del 9%, tras una campaña errática y la publicación de que su candidato apoyó la pedofilia en sus inicios políticos hace más de 30 años.
Según los politólogos, un tripartito de izquierdas es altamente improbable por las divergencias ideológicas entre el SPD y Los Verdes, por un lado, y La Izquierda, por el otro, ya que este partido de poscomunistas y disidentes socialdemócratas se ha opuesto rotundamente a la política europea de Merkel que los otros dos han ratificado y aboga por abandonar la OTAN.
La cuestión esencial es si el centroderecha podrá reeditar la actual coalición, ya que los votos podrían no alcanzarles, incluso aunque el FDP logre finalmente entrar en el Bundestag.
De no lograrlo, el pragmatismo alemán se impondría y lo más probable sería una gran coalición entre la CDU y el SPD, pese a que los dos reniegan de esta opción -que funcionó con relativo éxito y estabilidad en la primera legislatura de Merkel (2005-2009)-, porque prefieren, respectivamente, aliarse con los liberales y Los Verdes.
“Por supuesto que hablo con los socialdemócratas y ellos conmigo”, dijo Merkel con calculada ambigüedad al Rheinische Post.
Esta posibilidad implicaría una larga negociación para establecer prioridades y también el sacrificio de algún político de primera fila, entre los que Peer Steinbrück, el candidato socialdemócrata, es el que tiene más papeletas.
El SPD, apurando esperanzado el sprint final, ha decidido multiplicar sus actos de campaña -y su reverberación mediática- hasta las seis de la tarde del domingo, hora de cierre de los colegios electorales. “La campaña sólo termina el domingo cuando se cierren los colegios”, explicó ayer la secretaria general del SPD, Andrea Nahles, al presentar el programa de actividades de su partido para las últimas 72 horas, aprovechando que no hay limitaciones legales.