De acuerdo al último Politbarometer, considerado el más fiable indicador sobre el estado de opinión de los alemanes, la Unión Demócratacristiana de Merkel junto a su aliada Unión Socialcristiana de Baviera (CDU/CSU) y sus socios de coalición, el Partido Socialdemócrata (SPD), obtendrían un 10% menos de los votos de lo obtenido en la elección de 2013, cuando los dos principales partidos se unieron en una gran coalición para apoyar el tercer mandato de la canciller alemana.
Los grandes beneficiados, según la encuesta, son los euroescépticos de Alternativa por Alemania (AfD), actualmente extraparlamentarios, que continuan escalando y de realizarse hoy las elecciones ingresarían al Parlamento.
La encuesta fue realizada en plena alarma social por las más de 730 denuncias de abusos sexuales y robos a mujeres durante la noche de Año Nuevo en Colonia y otras ciudades del país, supuestamente con solicitantes de asilo e inmigrantes indocumentados entre los sospechosos.
Por primera vez desde que se desató la incesante llegada de refugiados al país, una clara mayoría de ciudadanos -un 60%- considera que Alemania no puede recibir semejantes oleadas migratorias, frente al 37% que ve al país preparado para asumirlas.
En diciembre, la correlación de fuerzas era inversa y un 51% consideraba que Alemania sí estaba en condiciones de hacer frente a esos desafíos, mientras que un 46% opinaba lo contrario.
Un 70% de los encuestados teme que habrá un aumento de la criminalidad como consecuencia del gran número de refugiados llegados al país -más de un millón en 2015-, frente a apenas un 27% que no lo cree posible.
Especialmente demoledora para la canciller es la opinión de sus compatriotas respecto a su gestión de la crisis de los refugiados, ya que un 56% de los encuestados se dice insatisfecho por cómo manejó esa cuestión, frente al 39% que expresa su conformidad.
La difusión del último Politbarometer se produce en un momento especialmente delicado para la canciller, que desde hace meses está sometida a duras presiones internas y exigencias de sus socios bávaros para que frene la acogida de refugiados.
Merkel trató de paliar este problema con algunas concesiones a la CSU bávara y logró el cerrado respaldo de su CDU en el último congreso del partido, el pasado diciembre.
Con lo ocurrido en Colonia se desataron las críticas desde todos los ámbitos, incluidas las de su antecesor en el poder, el socialdemócrata Gerhard Schroder, quien desde el diario económico Handelsblatt calificó hoy de “ilusoria” la idea de Merkel de que Alemania está capacitada para acoger semejantes contingentes.
Ese mismo medio publicó esta semana unas declaraciones del ex presidente del Tribunal Constitucional alemán Hans-Jurgen Papier, quien calificaba de error la recepción ilimitada de refugiados y cuestionaba incluso la constitucionalidad del rumbo seguido por Merkel.
En la interna entre Merkel y sus socios bávaros, ayer el concejal del distrito bávaro de Landshut, Peter Dreier, envió a Berlin un micro con 31 refugiados con el objetivo de denunciar la situación que se vive en localidades del Land, por el que ingresa en el país la gran mayoría de peticionarios de asilo.
“Somos un juguete entre Baviera y Berlín”, declaró uno de los integrantes del grupo, un sirio, al canal de televisión N24, de nuevo sentado en el micro en que el día anterior llegó a la capital alemana, ahora rumbo al lugar del que partieron.
Mientras sigue creciendo el sentimiento anti refugiados en Alemania y en otros países europeos, los refugiados varones no podrán entrar temporalmente en una piscina cubierta de Bornheim, a 23 kilómetros al sur de Colonia, debido a las quejas de las usuarias, que los acusan de acoso sexual, anunció hoy el gobierno de la ciudad alemana.
La ciudad prohibió hoy el acceso a los varones mayores de 18 años porque cada vez más mujeres que acudían a la piscina y trabajadoras se sentían agobiadas por el acoso sexual por parte de los hombres procedentes de un centro de refugiados cercano, informó el encargado de asuntos sociales, Markus Schnapka.
No obstante, no se produjo delito alguno, agregó sobre el acoso, únicamente verbal.
“Es un error. Que se prohíba la entrada a los delincuentes está bien. Sin embargo, que se prohíba la entrada a todo un grupo minoritario y que se los ponga bajo sospecha general no está bien y tampoco es posible legalmente. ¡La situación no mejora porque se excluya a los refugiados de la sociedad! Estoy avergonzado”, afirmó un vecino del barrio donde se encuentra la piscina, citado por la agencia de noticias DPA.