ELMAU, Alemania (AP).— El mundo debe dejar de utilizar combustibles fósiles para finales de este siglo, anunciaron ayer los líderes del G7, imponiendo una ambiciosa pero distante meta antes de una cumbre climática que se realizará este año.
Además, los líderes de las siete democracias más acaudaladas advirtieron a Rusia que las sanciones impuestas por sus acciones en Ucrania seguirán hasta que se cumpla en su totalidad un alto al fuego en el oriente ucraniano y que esas sanciones podrían endurecerse en caso de ser necesario.
La canciller alemana, Angela Merkel, anfitriona del encuentro, planteó llegar a un compromiso para “descarbonizar” la economía global, es decir, eliminar las emisiones de dióxido de carbono que surgen de la quema de petróleo, gas y carbón. Aunque el objetivo se impuso para finales de siglo, los siete líderes también destacaron que se “necesita acción concreta y urgente para abordar el cambio climático”.
Los líderes aceptaron reducir las emisiones de combustibles fósiles para 2050, de 40 a 70% de las emisiones de gases de invernadero que había en 2010 y que son culpables del calentamiento planetario. El objetivo desanimó a algunos activistas ambientales, pero los líderes dijeron que también se comprometerían a transformar los sectores de energía en sus países para emitir menos emisiones de carbono.
Ulf Moslener, profesor de finanzas y energía sustentable en la Frankfurt School of Finance Management, dijo que el compromiso del G7 es “básicamente una confirmación de lo que ya se había pactado” en cambio climático y su principal valor fue lograr que los países desarrollados estuvieran en la misma página que las naciones en desarrollo.
Combate al terrorismo
Por otra parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió a los líderes mundiales que los esfuerzos por combatir el terrorismo fracasarán si no respetan los derechos fundamentales.
Ban dijo al G7 que la lucha contra el extremismo violento podría requerir medidas de seguridad e incluso acciones militares. Pero advirtió que “cuando los esfuerzos antiterroristas ignoran el imperio del derecho y violan los derechos fundamentales —que hacen con frecuencia—, no solamente traicionan los valores que dicen atesorar, sino también pueden terminar avivando el extremismo violento”.
El secretario de la ONU agregó que incriminar a minorías enteras aumenta el resentimiento, el radicalismo y el extremismo en dichas comunidades.
El G7, conformado por Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos anunció que respaldará planes para mejorar la lucha contra enfermedades mortíferas, como el ébola, y se propone rescatar a 500 millones de personas de la hambruna y desnutrición para el año 2030.
En su participación, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama indicó que aunque tardará tiempo y no será fácil, los milicianos del grupo extremista Estado Islámico serán derrotados y expulsados de Iraq.
Obama reconoció que los desafíos son significativos en Iraq, pero agregó que el éxito dependerá de que una coalición internacional efectiva apoye al primer ministro iraquí Haider al-Abadi.
Sobre Rusia, el presidente estadounidense dijo que los líderes del G7 hablaron de pasos adicionales si Moscú sigue realizando acciones militares en Ucrania. El grupo también condenó en un comunicado la “anexión ilegal” del territorio ucraniano de Crimea por parte de Rusia el año pasado.
Por otra parte, 200 activistas que realizaron protestas en contra el G7 se concentraron ayer en la localidad bávara de Garmisch-Partenkirchen, cercana al lugar en el que se reúnen los líderes de las potencias industrializadas, y acordaron cancelar la última marcha de protesta prevista.
Tras varios días de concentraciones y manifestaciones por carreteras y caminos rurales, y rodeados de un extraordinario dispositivo policial, los activistas apostaron por “ahorrarse” los kilómetros previstos ayer, según explicó uno de sus representantes.
Al margen de algún altercado entre grupos de manifestantes y la policía en la marcha organizada el sábado, con seis personas detenidas, las acciones de protesta se han desarrollado de forma pacífica.
La principal manifestación tuvo lugar el pasado viernes en Múnich, la capital de Baviera, con la participación de alrededor de 35,000 personas, y después las actividades organizadas por el colectivo “StopG7”, mucho menos concurridas, se trasladaron a los alrededores del palacio de Elmau, el hotel de cinco estrellas que acoge las reuniones de la cumbre.
No obstante, el amplio perímetro de seguridad establecido mantuvo a los manifestantes en todo momento a decenas de kilómetros del palacio.
El gobierno bávaro rechazó las quejas de quienes calificaron de extremas las limitaciones establecidas. “Baviera tiene una superficie de algo más de 70,000 kilómetros cuadrados. Sólo cuatro de ellos están cerrados a los manifestantes”, argumentó el ministro del Interior regional, Joachim Herrmann, antes de comenzar la cumbre.
Con los violentos disturbios registrados en Fráncfort durante la inauguración de la nueva sede del Banco Central Europeo en mente, el Gobierno alemán diseño un estricto dispositivo con participación de más de 22,000 agentes de policía.
Las condiciones climatológicas tampoco estuvieron de parte de los centenares de activistas que plantaron sus tiendas de campaña en un campo en las afueras de Garmisch-Partenkirchen, con lluvias torrenciales durante las dos pasadas noches.